En muchos lugares del mundo les ha tocado lidiar con seres nefastos, de eso no hay duda, aquí en nuestra querida Venezuela hemos hecho todo lo posible para que lo más bajo y de peor calaña fueran quienes se dedicaran a regir los destinos de la nación. Y ellos lo hacen, pero en sentido contrario.
Ciertamente y ahora digo, supuestamente, porque la intención era de que con su trabajo y su visión de país nos encamináramos al mejoramiento del nivel económico, educativo, social, seguridad, salud de la nación; eso que se conoce como vivir bien, tener nivel de vida o vivir en paz. Trabajo, justicia y libertad.
Y es que hemos hecho todo lo posible, para mantener el estatus de “pobre pueblo”, no hemos querido aprender, dejándonos llevar por cantos de sirena, también por la caña, la rumba y por esa frase que resume en un todo nuestro carácter “es que los venezolanos somos así, jodedores”.
Ya lo dije en otra ocasión, votamos con rabia, votamos para botar y no para lo que realmente sirve el voto, para construir.
En los recientes sucesos climatológicos que se están sucediendo en todo el país, en donde gente se queda sin ranchos y hasta algunos han perdido la vida, demostramos irremediable e irresponsablemente junto a una ya muy larga lista de sucesos, que no somos ni estamos preparados para absolutamente ninguna contingencia.
Pero eso sí, ponemos todo el empeño en hacer ver al estilo “luces, cámara, acción”, el “interés del líder” en su pueblo y así, con bombos de setecientos cuarenta y tantas emisoras de radio y tv del espectro radioeléctrico comunista mostrar la magnánima acción del jefe de jefes, que baja del pódium, en el propio palacio de Miraflores, a darle cobijo al pobre que ha caído en desgracia y palabras más palabras menos “este palacio es de ustedes”. Más pan y más circo.
En realidad que importa que los altas jerarcas del neo comunismo venezolano tengan yates de millones de dólares y que vivan la vida loca del placer; que sean potentados multimillonetas y que se vayan consumiendo al país entre mordiscos, tragos y bocanadas de habano fino. Nada.
Las elecciones así lo definen y no hay como los comunistas para percatarse de eso, han leído al pueblo. Al pueblo, no le importa un ápice lo que pase con el país, mientras los ricos y las clases medias sufran sus propios problemas, sientan sus propias congojas.
Y por eso votamos con odio, votamos por botar y no votamos para construir.
En donde quiera que uno se pare y converse o forme tertulia, el tema político invade la atmosfera, unos dicen que ya está listo, otros más precavidos, buscan alternativas y distancia con el problema, otros más se resignan a ver morir al país, y esperar los últimos esténtores de la muerte en manos del hampa, el hambre y la corrupción.
En lo que si estamos de acuerdo, es que para reconstruir al país, hará falta mucho tiempo, mucho valor y muchas ganas. Enderezar las varias generaciones que están corrompidas con la mala sangre del odio y el resentimiento, de la mezquindad y el separatismo, será la parte más difícil.
¿Lograrlo? Quién sabe.
Arq. Víctor Juan Mión Pivetta
@Mionvi
@VMreporte
01.12.10