Sociopolítica

Crisis como Bendición

«Yo soy yo y mi circunstancia y si no la salvo a ella no me salvo yo». Las palabras de Ortega y Gasset nos invitan a hacer una reflexión en términos emocionalmente inteligentes, y reflexionar sobre como la capacidad de contemplar las dificultades como una oportunidad, y extraer aprendizaje, es quizá el único modo de superar las muchas limitaciones a las que nos enfrentamos.

Estábamos tan a gusto, ocupados en nuestros menesteres, cuando alguien dijo: “estamos en crisis”, y de fuera adentro el espíritu de la crisis nos poseyó, y todo el mundo se puso a hablar de eso. Nos dijeron que era una crisis económica, y nos pusimos a ver quien tenía la culpa: bancos, gobiernos, los ciudadanos por vivir por encima de sus posibilidades, o el mercado.

Llevamos muchos meses en los que sólo se habla de la crisis y sus amenazas, y se hace en términos bastante pesimistas y derrotistas, y se habla de tal manera que estamos empezando a creer que no podemos influir en nuestras circunstancias. Es algo así como que la negatividad personal estuviera justificada por una mala coyuntura económica, y ahí comienza la terrible espiral. Ášltimamente todo el mundo parece tener justificada la tristeza: el que no tiene trabajo, porque no lo tiene; y el que lo tiene, porque lo puede perder. Ansiedad en el ambiente.

Todo lo contrario a aquella reflexión de Thaddeus Golas sobre cómo se crean ambientes positivos: «Toca una alegre melodía y vendrán alegres bailarines a unirse a tu danza». Todos tenemos que evaluar y aprender de nuestra situación. Esta es la única manera de diseñar un plan asertivo y empático, que nos permita salvar “nuestra circunstancia”, y comenzar a tocar una “alegre melodía”.

Una actitud negativa apuntala desesperanza, y ya todos sabemos que las ideas cimientan la actitud, y ésta construye las circunstancias. Profecía autocumplida. Einstein lo dijo muy contundentemente:

“La crisis es la mejor bendición que puede sucederle a personas y países porque la crisis trae progresos. La creatividad nace de la angustia como el día nace de la noche oscura. Es en la crisis que nace la inventiva, los descubrimientos y las grandes estrategias. Quien supera la crisis se supera a sí mismo sin quedar superado.

Quien atribuye a la crisis sus fracasos y penurias, violenta su propio talento y respeta más a los problemas que a las soluciones. La verdadera crisis es la crisis de la incompetencia. El inconveniente de las personas y los países es la pereza para encontrar las salidas y soluciones. Sin crisis no hay desafíos, sin desafíos la vida es una rutina, una lenta agonía. Sin crisis no hay méritos.

Es en la crisis donde aflora lo mejor de cada uno, porque sin crisis todo viento es caricia.

Hablar de crisis es promoverla, y callar en la crisis es exaltar el conformismo. En vez de esto trabajemos duro. Acabemos de una vez con la única crisis amenazadora que es la tragedia de no querer luchar por superarla.

En los momentos de crisis, sólo la imaginación es más importante que el conocimiento.”

Quizá comprender la crisis como una gran oportunidad para el crecimiento personal, sea el mejor antídoto (sobre todo por aquello de Jung de: “a lo que resistes, persiste”).

Sobre el Autor

Jordi Sierra Marquez

Comunicador y periodista 2.0 - Experto en #MarketingDigital y #MarcaPersonal / Licenciado en periodismo por la UCM y con un master en comunicación multimedia.