Sociopolítica

Crisis de Liderazgo

Sin un liderazgo claro y cohesionador, no esclavo de dogmas ideológicos ni doctrinarios, cualquier intento de sobreponerse o superar una situación crítica,  será infructuoso.

Sin objetivos comunes y sin la ligazón suficiente para trabajar por su conquista, la fragilidad del sistema llega a niveles extremos, y en este sentido, la historia ha dejado suficientes evidencias de cómo ante la falta de cohesión y liderazgo de un grupo grande de hombres, otro más pequeño, pero más cohesionado, se ha impuesto.

También la historia nos ha dejado numerosos ejemplos de cómo, ante una crisis de valores, pueblos que carecían de un liderazgo basado en una autoridad otorgada y ampliamente reconocida por la sociedad, han sido víctimas de aparentes héroes carismáticos, que han conducido a sus sociedades al precipicio. En un tiempo de crisis como el actual, se echan de menos en gran parte de las instituciones, «dirigentes», o «personalidades influyentes», con credibilidad y una autoridad basada en la confianza de los que somos gobernados.

Tal y como están las cosas, y con el descrédito que tienen los políticos que nos gobiernan, parece un sueño imaginar una sociedad, en la que los ciudadanos no se sintieran subordinados a una autoridad externa, sino seguidores de un proyecto conjunto, liderado por personas que gozaran de la credibilidad suficiente para emprender acciones enérgicas y coordinadas que evitaran las previsiones que todos los días escuchamos.

Es muy difícil confiar en el rumbo que marca un líder, cuando éste solamente parece preocupado en enriquecerse personalmente, o a la casta a la que pertenece. Arturo Pérez Reverte lo expresa fenomenal en una artículo que lleva por nombre “Esa Gentuza”, y que hace referencia a los Diputados del Congreso: “Cómo se han trajinado –ahí no hay discrepancias ideológicas– el privilegio de cobrar la máxima pensión pública de jubilación tras sólo 7 años en el escaño, frente a los 35 de trabajo honrado que necesita un ciudadano común”.

En una reciente encuesta del CIS, los políticos constituyen el tercer problema de España, por detrás del paro y la crisis económica, y quizá sea la fuerte crisis de liderazgo, un problema más urgente de resolver, que la crisis económica o financiera, ya que sin solventar aquel, parece difícil salir de éstas.

Sobre el Autor

Jordi Sierra Marquez

Comunicador y periodista 2.0 - Experto en #MarketingDigital y #MarcaPersonal / Licenciado en periodismo por la UCM y con un master en comunicación multimedia.