Tras la II Guerra Mundial, EEUU rescató a Europa con el Plan Marshall, pero ahora las cosas han cambiado y estamos en pleno siglo XXI. Es el gigante asiático quien acude al rescate de los países del viejo continente (Grecia, Portugal y España), evidentemente no lo hace gratuitamente sino más bien con un claro movimiento geoestratégico intentando rentabilizar el hecho de que Unión Europea está desunida y así poder obtener información de primera mano y activos estratégicos. Si estos países fueran expulsados del Euro o se viesen con problemas graves, China seguiría una política idéntica a la llevada a cabo en su estrategia en el continente africano: apoyar a un país cuando es rechazado por terceros y en cierta forma estar sembrando la discordia para aprovecharse de ello.
Considero, que en lugar de ser una señal positiva como nos quieren hacer ver nuestros iluminados gobernantes, es más bien un indicio poco claro, aunque verdaderamente muy preocupante. La diferencia crucial con Europa y Estados Unidos fue que mientras estos países se dedicaron a rescatar instituciones financieras, China se dedicó a apoyar a empresas sólidas y creadoras de empleo. Por eso China puede aprovecharse de la Unión Europea gracias al grave problema los bonos de deuda soberana.
En Europa parece que estamos dispuestos a renunciar a nuestros principios fundamentales (democracia, solidaridad, respeto) y dispuestos a todo con tal de aliviar la presión que se cierne sobre nuestra deuda. Además, estamos asistiendo a una clara demostración de que la hegemonía global va desplazándose hacia Oriente, donde China tomará las riendas. No podemos engañarnos si van a ser nuestro espejo el significado es claro: no respeta los derechos humanos, las libertades, la libre expresión, no protege a las minorías y no es para nada respetuoso con las ideologías. No hace mucho tiempo era considerada por los europeos una dictadura asquerosa. Ahora el Jefe de Estado chino ha relegado al segundo puesto al mismísimo Obama entre las personas más influyentes del mundo. Por lo que podemos decir que un extraño compañero de viaje hemos buscado los europeos. El hecho de que Alemania esté creciendo de manera considerable pese a la crisis del euro tiene mucho que ver con los negocios de China, los alemanes tienen productos que los chinos no tienen y tampoco obtendrán rápidamente. En un mundo globalizado en donde todo vale, el hecho de que los chinos se aprovechen de las malas políticas económicas de los países que viven por encima de su posibilidades no debería parecernos extraño.
Lo que tengo perfectamente claro, es que nada es gratis y que Pekín está lista para ayudar a la Unión Europea, escondiendo una medida de presión para el reconocimiento de China como una economía de mercado y la eliminación de la prohibición de venta de armas a la superpotencia asiática en vigor desde 1989.
No nos engañemos, una cosa esta clara: la era de las democracias en expansión parece haberse detenido durante un buen tiempo. No obstante, deberíamos defender los valores democráticos al menos en nuestro país.
Pablo Ansede Espiñeira.