Ahora que hemos fracasado en nuestro banal intento de refundar el capitalismo, llega la hora de que nos empeñemos en refundar la República, si nos dejan, rememorando tiempos pretéritos de libertad convertida en libertinaje y añorando una realidad por venir de libertad convertida en libertad plena, sin ambages.
Hoy, 14 de abril, fecha conmemorativa para tantos, ignorada para tantos otros, ocultada por la masa enardecida de la derecha mediática y callada por la confusa marabunta de mentes atribuladas de la izquierda no mediática, no puedo por menos que recordar que cualquier tiempo pasado fue mejor y pensar que nuestra sociedad es lo suficientemente madura como para dar un paso hacia adelante.
Un paso que nos lleve a construir entre todos unas sociedad desde los cimientos, sin clases privilegiadas a los que entreguemos el poder, un poder que emanará del pueblo, para bien o para mal, un ciudadano un voto, todos representados, ninguno fuera del juego democrático, alejados del un euro un voto del juego del mercado, adiós a la Monarquía, hola a la República.
Derechas, Izquierdas, Centros, todos unidos con un único objetivo, el de lograr la restitución de la República, cerrando el círculo pernicioso que se inició con la Guerra Civil y que todavía sigue manteniendo una herida abierta, en una sociedad que hizo del olvido su manera de ser, su manera de entender la vida.
Nuestra democracia nunca será plena hasta que rompamos la cadena que el régimen franquista constituyó, y que el Rey aligeró lo suficiente como para que todos lo aceptáramos, pero lo hicimos como un punto intermedio hasta que estuviéramos preparados como sociedad y como pueblo, y ahora, ahora ya lo estamos.
No hay nada más económicamente ineficiente que unos representantes elegidos por el dedo elucubrador de la genética, y nada más eficiente desde un punto de vista económico, social y ético, que unos representantes elegidos por el voto plural de una sociedad madura, capaz de poner y quitar a sus representantes en función de las condiciones de cada momento.
Celebremos hoy el día de la República, de la República española, y pongamos entre todos la primera piedra para su restitución.
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