El satélite Deimos-1, cuya Estación de Control se ubica en el Parque Tecnológico de Boecillo, en Valladolid, captó las primeras imágenes de la tragedia de Japón y se las envió a la ONU.
El pasado 11 de marzo Japón vivió su mayor terremoto en 140 años, un seísmo de 9.0 grados en la escala Richter que ocasionó un devastador tsunami. Cuando ocurren este tipo de catástrofes, es necesaria una rápida y precisa actuación de los equipos de rescate dirigidos por los gobiernos, que necesita información sobre el estado de la zona afectada para dirigir sus actuaciones. En este sentido, existe un sistema mundial de agencias espaciales para los grandes desastres, la International Charter Space and Mayor Disasters coordinada por la Organización de Naciones Unidas (ONU), que como en otras catástrofes se puso en marcha al conocerse el terrible suceso de Japón.
Las primeras imágenes de la zona devastada fueron captadas por el satélite español Deimos-1, cuya Estación de Seguimiento y Control se ubica en las instalaciones de Deimos Imagin en el Parque Tecnológico de Boecillo (Valladolid).
Como detalla Miguel Belló, director general de Deimos (empresa matriz de Deimos Imaging), la obtención de las imágenes se produjo “por una combinación de factores”. “El equipo humano reaccionó en pocos minutos y reprogramó el Deimos-1 para obtener imágenes de Japón”, apunta Belló, quien recuerda que la empresa cuenta con otra antena receptora (además de la de Boecillo) cerca del Polo Norte, en Svalbard (Noruega), lo que permite “descargar las imágenes rápidamente”.
De este modo, gracias a la agilidad del sistema Deimos-1 fue posible obtener una imagen pocas horas después de la llegada del maremoto. Según señala Belló, frente a otros satélites que cuentan con mayor resolución, el Deimos-1 “dispone de un gran barrido ,de forma que se pudo cubrir toda la zona afectada en poco minutos y obtener una imagen de conjunto muy deprisa”.
En las composiciones que han realizado se muestran las inundaciones causadas por el maremoto en la parte de Soma, a escasos 50 kilómetros de la Central Nuclear de Fukushima-Daiichi. Esta comparativa utiliza imágenes tomadas por el satélite meses antes del terremoto y el día posterior al mismo. Como detallan los técnicos de la Estación de Seguimiento y Control de Boecillo, la composición muestra de manera clara las zonas más afectadas, que se han delimitado con una línea roja para una mejor visualización. En otra de las composiciones se muestran también los fuertes daños producidos por el tsunami en el área costera de las ciudades de Natori (72.000 habitantes) y Sendai (un millón de habitantes). La comparativa muestra la situación de la zona antes y unas horas después del fuerte evento. Al tratarse de zonas urbanas y con una alta densidad de población, las pérdidas humanas y económicas han sido catastróficas.
Gran detalle
Las imágenes del satélite Deimos-1 se caracterizan por su gran tamaño y buen detalle espacial. En el caso de la imagen adjunta, los cuadros delimitan las zonas más afectadas por el maremoto y puede reconocerse fácilmente la fuerte nevada que se produjo en la mitad meridional de la isla, así como la zona urbana de Tokio en la parte inferior.
Desde el Centro de Control de la misión Deimos-1 en Boecillo se llevan a cabo todas las operaciones referidas al control y explotación del satélite, que comprenden tanto el envío de información desde tierra al satélite (envío de comandos) como la recepción en tierra de ficheros originados en el satélite (telemetría e imágenes obtenidas). Para ello, cuenta con una antena de comunicación con el satélite, una parte importante de las infraestructuras que conforman el segmento terreno. La antena tiene un diámetro de 5’5 metros y es totalmente orientable gracias a dos motores que permiten el movimiento en dos ejes perpendiculares entre sí. De este modo es posible realizar el tracking del satélite desde que sale hasta que se pone por el horizonte. La velocidad del Deimos-1 es de 7’5 kilómetros por segundo y su altura de referencia es de 663 kilómetros sobre la superficie terrestre.