EL CRISOL – Pascual Mogica Costa
Menuda tangana tienen montada en el Partido Popular con lo del espionaje. Al presunto líder de la derecha le crecen los enanos. La que se ha liado supera en mucho a esas novelas de espías y agentes secretos. Aquí, por lo que hemos podido leer, se espían unos a otros y todos en el PP parecen sufrir una especie de manía persecutoria. Tal y como se están poniendo las cosas no sería de extrañar que más de uno y de una, por precaución, meta la mano en el fondo de la taza del inodoro, eso si, antes de utilizarlo, o después de tirar de la cadena, por si alguien ha colocado allí una cámara o un micrófono.
La verdad es que es preocupante todo este asunto, no ya por que se estén espiando entre ellos, ese es su problema, sino por que si donde gobiernan les pueda seducir la idea de “espiar” a sus oponentes políticos. Si lo hacen con la “familia”… Pero dentro de la lógica preocupación que esto despierta hay gente que parece se lo toma a chufla. Hace unos días, en el programa de Cuatro titulado “Estas no son las noticias” ofrecieron una imagen captada de otra emisora de televisión, creo que era Telemadrid, la verdad es que no me fijé en el anagrama, y pudimos ver a la periodista Curry Valenzuela, que hablando de este asunto dijo que en el PP se estaban “espionando”. Creo que lo dijo por darle un tono de humor a la cosa, por que después de años escribiendo artículos y libros no creo que semejante palabro lo dijera en serio. En cualquier caso hay que recordar que quien tiene boca se equivoca.
Esto último le está pasando a Rajoy, que por lo visto ya no tiene a su alrededor nadie que mienta por él y tiene que hacerlo él mismo. Malo, muy malo es que un líder político, aunque presunto, no tenga ningún “mentidor” que le evite el bochorno de tener que hacerlo él mismo. Eso da muy mala imagen. Digo esto por que Rajoy anda diciendo por ahí que Zapatero se ha gastado 30 millones de euros en carteles. Yo creo que su memoria histórica ha imperado sobre la realidad de la actualidad. Seguramente cuando Rajoy dijo tal cosa estaba pensando en la época en que Zaplana fue ministro de Trabajo y Seguridad Social. El hoy alto ejecutivo de Telefónica, mereció la “atención” del Tribunal de Cuentas por que entre los ejercicios de 2002 -comenzó en julio de este año- 2003 y primer cuatrimestre de 2004 se gastó, nada más y nada menos, que 63 millones de euros en esto de la publicidad, por cierto adjudicada a dedo. Publicidad que no tenía otro objetivo que dar a conocer sus actuaciones como ministro. Solamente en las campañas sobre la revalorización de las pensiones se gastó 15 millones de euros en 2003 y 2004. Algo en lo que no hacía falta publicidad alguna ya que la revalorización se venía haciendo desde muchísimo antes de que Zaplana fuera ministro y estaba concedida por ley.
Entre tanto follón a Rajoy le traiciona el subconsciente. O tiene lagunas de memoria. Mala cosa.