LA CORREHUELA
Se da por supuesto que si la Alianza Atlántica moviliza miles de millones, de euros se matiza, no es para desperdiciarlo en operaciones de rescate en alta mar. Habrá que matizar, de nuevo, que este asunto tiene el prisma exacto que exige la guerra. Porque si un avión de combate aliado fuera alcanzado por un tirachinas libio y cayera al proceloso Mediterráneo, corbetas, fragatas y portaaviones navegarían para allá en lo que silba un aspid para rescatar al rubicundo soldado.
Pero que aparezca un cayuco en lontananza, un esquife en el radar ultrasónico o una menuda patera oteada desde el palo mayor, eso es otra historia. La guerra es la guerra y ella, por sí sola, exige toda la atención del orbe. Quizás habría que explicar, aunque en el fondo no haga falta, que esto también forma parte de la guerra. Los africanos “prófugos”, como los denomina el mismo obispo de Somalia, se han visto en medio del fuego cruzado. A un lado, Egipto; al otro, Túnez. Si nos dan a elegir, apurados por la circunstancia, seguramente también tomaríamos la decisión de lanzarnos al mar y que sea la que tenga que ser.
Quizás pensaron, sentados al borde de la embarcación, que navegar hacia los barcos “aliados” era una opción viable. Al fin y al cabo, ellos se consideran refugiados de guerra. Pero la OTAN sólo los ha considerado muescas de radar. Ante tamaña desgracia humana los aliados han respondido con agua y galletas lanzadas desde un helicóptero. Me recuerda esto a las grandes vueltas ciclistas, las de antaño, las de Bahamontes y Coppi, cuando no había asistencia en ruta ni pinganillos. Al que quedaba rezagado el director de equipo le entregaba un tubular y una bomba de aire y allá se las ventile. Nos vemos en la meta; y no tardes.
Estoy esperando que alguien salga con aquello de los daños colaterales. Haberlos haylos. Pero que no pasen hambre. Ni sed. Lo de llegar a tierra europea es otro cantar. Da rabia ver a Gadafi pasearse por Trípoli como la bandolera por Arazana. Mejor será tener ojos para él. Lo demás es water&biscuits. Los americanos se lo montan mejor. Ellos hubieran lanzado crema de cacahuete.
Quizás si Bin Laden hubiese navegado en el esquife los seals hubieran decidido actuar. Una lástima para ellos ser tan poca cosa.