Sociopolítica

Intolerantes vs homosexuales

EL CRISOL    –    Pascual Mogica Costa

                   

    Desde que en 1973, la comunidad científica internacional consideró que la homosexualidad no es una enfermedad, han desaparecido muchos de los términos y expresiones peyorativas que los intolerantes, los retrógrados y los “muy machotes” empleaban cuando se referían a las personas cuyo sentimiento afectivo e inclinación sexual lo ponen de manifiesto en individuos del mismo sexo.

      Lamentablemente y con más frecuencia de lo normal, aunque la homosexualidad no tiene nada de anormal, aún se escriben episodios que ponen en evidencia a todos esos individuos que rechazan la homosexualidad por la simple razón de que no admiten que no todos tengamos las mismas inclinaciones sexuales y más que sensuales, afectivas. Raro es el día en que no nos encontramos en los medios de comunicación alguna noticia, protagonizada por los intransigentes, sobre la homosexualidad que si no fuera por el respeto que a muchos, cada vez más, nos merecen todas las personas, nos reiríamos con la lectura de esas noticias y las tomaríamos como una más de las muchas anécdotas graciosas, por la falta de sentido común de quien las protagoniza, que surgen con una cierta regularidad. Las barbaridades y las tonterías suelen proliferar mucho y hablan bien poco en favor de quien las dice.

    Mientras que en Italia le han denegado el carné de conducir a un joven de 33 años porque es homosexual, el argumento dado por el Ministerio de Transportes Italiano era el de que “sufre una grave patología que podría resultar un impedimento para la seguridad de la conducción” añadiendo que esto le “impedía ser idóneo para conducir”, la verdad es que el Italia el listón de “machote” lo ha puesto Berlusconi muy alto y hasta los más heterosexuales se avergÁ¼enzan de “no dar la talla” o de “no estar al mismo nivel” que el dirigente italiano, hay quien afirma, los hay que son muy ligeros a la hora de adjetivar o calificar, que Italia es un país moderno, al parecer ese modernismo viene dado por que no se le da un carné de conducir a un homosexual. Increíble y más que increíble absolutamente lamentable, mientras tanto aquí en España lo cosa no va precisamente por la tolerancia y por aceptar y respetar que cada cual es como es y que además es muy libre de serlo y la Iglesia Católica, los obispos y sus afines, nos dan buenas buena referencia de ello. Allá por Junio de 2006 el semanario Alba, editada por el Grupo Intereconomía, decía, entre otras cosas que “luchar contra la homofobia es promover la homosexualidad”. Ya refiriéndose al matrimonio entre personas del mismo sexo, el arzobispo, Ángelo Amato, segundo en el escalafón vaticano, decía en abril de 2007 que “el matrimonio homosexual es maléfico”. Hago un paréntesis para aclarar que señalo las fechas para que quede constancia de que esto está ocurriendo en pleno siglo XXI, pero sigo: En abril de 2008 saltaba lo noticia de que una Hermandad de Toledo no admitía a un cofrade por ser homosexual”. Corría el mismo mes y año cuando nos llega la noticia de que un cura de un municipio de Ciudad Real, expulsa a una mujer de una hermandad católica por ser lesbiana”. Septiembre de 2008, “un colegio privado de Madrid niega la admisión de las hijas de un matrimonio de lesbianas”. Por lo visto “manchaban” el nombre de un colegio que se “mancha” por si solo negando el derecho unos niños a la educación y a elegir el colegio. Lo que no entiendo muy bien es como sus madres eligieron el colegio en cuestión. A mal lugar llevaban a sus hijos para que los educaran y formaran. Noviembre de 2008, nos vamos adentrando más en el siglo XXI  y nos encontramos con la noticia de que el Vaticano impedirá a los gays ser sacerdotes y recurrir a psicólogos para comprobar sus tendencias. El contrapunto de esta última noticia lo fija la información que nos llega desde el Vaticano en junio de 2009 de que la Iglesia Católica admite que hay 20.000 curas pedófilos. A estos no se les expulsa como a esos otros que pertenecían o intentaban entrar en una cofradía. A estos se les cambia de parroquia o de pueblo y pelillos a la mar. Pero en octubre de 2009 el Vaticano considera que “no hay curas pedófilos sino efebófilos”, añadiendo que “no se debería hablar de abusos a menores, sino de homosexuales atraídos por adolescentes”. Los mismos perros y los mismos collares. Junio de 2009, en una localidad riojana la Iglesia no deja a una persona ser padrino de su sobrino por ser homosexual. Diciembre de 2009, un cardenal mexicano dice que “los transexuales y los homosexuales no entrarán nunca en el Reino de los cielos”.  Y para acabar: Octubre de 2010, la noticia creo que no extrañó a nadie, fue la siguiente: “Rajoy dispuesto de derogar la ley del matrimonio gay”. No es Rajoy quien habla sino otro cuyo nombre no quiero mencionar. No voy a señalar, por cuestión de espacio, las innumerables ocasiones en que se ha dicho por parte de los obispos de que la homosexualidad es una enfermedad o disfunción mental. Mientras todo esto sucede, en el estado de Nueva York acaba de aprobarse el matrimonio entre homosexuales convirtiéndose en el sexto estado de Norteamérica que permite la unión entre personas del mismo sexo.

     Los siglos pasan, las cosas se aceptan con normalidad por la mayoría de los ciudadanos de este mundo, pero los hay que siguen anclados en los tiempos en que la Iglesia afirmaba que masturbarse producía ceguera o se le vaciaba el cerebro a quien lo hacía. Es evidente que ser lo que uno quiere ser es bastante complicado debido a los intolerantes que son incapaces de transigir ante una realidad social tan normal como cualquier otra.

Sobre el Autor

Jordi Sierra Marquez

Comunicador y periodista 2.0 - Experto en #MarketingDigital y #MarcaPersonal / Licenciado en periodismo por la UCM y con un master en comunicación multimedia.