Ciencia

Eugenesia

 Eugenesia

 

La eugenesia significa etimológicamente ‘buen nacimiento’ (término derivado del griego ‘eu-génesis’ : ‘bien nacido’ o ‘buena reproducción’). Es una filosofía social que defiende la mejora de los rasgos hereditarios humanos mediante varias formas de intervención. Las metas perseguidas han variado entre la creación de personas más sanas e inteligentes (genética), el ahorro de los recursos de la sociedad y el alivio del sufrimiento humano (eutanasia, aborto, etc.). Los medios antiguamente propuestos para alcanzar estos objetivos se centraban en la selección artificial, mientras los modernos se centran en el diagnóstico prenatal y la exploración fetal, la orientación genética, el control de natalidad, la fecundación in vitro y la ingeniería genética. Sus oponentes arguyen que la eugenesia es inmoral, y está fundamentada en que es, en sí misma, una pseudo-ciencia. Históricamente la eugenesia ha sido usada como justificación para las discriminaciones coercitivas y las violaciones de los derechos humanos promovidas por el estado, como la esterilización forzosa de personas con defectos genéticos, el asesinato institucional y, en algunos casos, el genocidio de razas consideradas inferiores.

 

La eugenesia busca afectar por medio de la ciencia a la crianza de futuras generaciones. Puede aplicarse al aspecto físico o mental. La eugenesia busca la transformación de la sociedad mediante un esquema que aspira a la perfección. Una supuesta perfección según el diseño de una elite, que como en tantos otros casos, conlleva la exclusión de puntos de vista diferentes. Nace y se desarrolla en Inglaterra en un entorno en el que la ciencia va ampliando sus posiciones en una sociedad cada vez más partidaria del positivismo. No es exacto decir que la eugenesia es consecuencia de determinadas “teorías evolutivas” (selección natural, eficacia del más apto, competición y lucha por la supervivencia) sino que ambas, eugenesia y dichas “teorías” son el fruto de un entorno social, de una época imperial cuyo desarrollo se apoya en una ciencia positivista. La eugenesia y el darwinismo tienen sus orígenes muy próximos. El eugenismo fue fundado por Sir Francis Galton (primo hermano de Charles Darwin) quien derivó su idea principal de la crianza de caballos de carrera, en que se podían criar mejores hombres como se pueden criar mejores caballos. Aplicado a seres humanos, considera que entre la población algunos son dignos de tener hijos mientras otros no. El eugenismo no se limita al estudio sino que busca llevar sus ideas a la práctica. Los nazis en Alemania abrazaron la eugenesia con el propósito de crear un ‘súper-hombre’ o ‘raza superior’, y así eliminar a los que consideraban indeseables.

 

La eugenesia como ciencia es la rama de la ingeniería genética que estudia la aplicación de las leyes biológicas hereditarias para el mejoramiento de la especie humana, intentando mejorar las cualidades no deseables, mediante una intervención en los rasgos hereditarios que ayuden al nacimiento de personas mas sanas o con mayor inteligencia. Se definen dos tipos de eugenesia: La eugenesia negativa es aquella que pretende mejorar la raza humana esterilizando y recluyendo a los seres humanos que considera defectuosos. La eugenesia positiva se basa en la identificación de buenos genes para el mejoramiento de la especie humana en aras que las personas que se creía poseedores de esas características se reprodujesen. El eugenismo busca la prevención de enfermedades congénitas mediante el examen genético del feto y la consejería genética; tiende a la manipulación genética del feto para que se desarrolle con características deseables en cuyos genes provengan de distintos padres con características excepcionales, que se le extraerían los genes defectuosos o los genes que producen características no deseables. Busca a la mejora de los rasgos hereditarios humanos mediante varias formas de intervención, que persigue la selección de personas más sanas e inteligentes, el ahorro de los recursos de la sociedad y el alivio del sufrimiento humano, evitando que nazcan personas con malformaciones o enfermedades. Los medios propuestos para alcanzar estos objetivos se centraban en la selección artificial, el diagnóstico prenatal y la exploración fetal, la orientación genética, el control de la natalidad, la fecundación in vitro y la ingeniería genética. Sus oponentes plantean que la eugenesia es contraria a la ética, y que la manipulación de la leyes biológicas es inmoral, y, que es en si misma, una filosofía aplicada a una pseudo-ciencia.

 

A lo largo de la historia, esta practica ha sido utilizada como justificativo para la discriminación, obligar la esterilización de grupos humanos, y hasta la exterminación de grupos, etnias o razas consideras inferiores. La eugenesia ha sido usada como justificación para las discriminaciones coercitivas y las violaciones de los derechos humanos, siendo promovidas por los Estados, en el caso de la esterilización forzosa de personas con defectos genéticos, el asesinato institucional selectivos de grupos humanos, y en algunos casos, hasta el genocidio de razas consideradas inferiores. La eugenesia fue una disciplina académica celebre en muchos institutos y universidades occidentales durante el siglo decimonónico, hasta que su reputación científica en los años 1930 empezó a incorporar la retórica eugenésica en complemento de las políticas raciales de la Alemania nazi; los nazis influyeron con el concepto de “vida indigna” de ser vivida, para poder impulsar la eugenesia en los grupos sociales “desviados” (discapacitados físicos o mentales,  homosexuales, etc.) o conflictivos (judíos, gitanos, comunistas), argumento por lo cual los nazis realizaron experimentos con seres humanos vivos. Durante el periodo de la pos-guerra, gran parte tanto del público como de la comunidad científica, asociaba la eugenesia con los abusos nazis, que incluyeron la “higiene racial” y la exterminación, si bien varios gobiernos regionales o nacionales mantuvieron algunos programas eugenésicos hasta los años 1970.

 

La eugenesia surge de una aplicación totalitaria de la teoría de la evolución de Charles Darwin que gozo de popularidad entre finales del siglo XIX y la Segunda Guerra Mundial, hasta que las atrocidades de los nazis hicieron que decayera, aunque aún hoy siguen aplicando métodos del eugenismo en algunos lugares, en aras de la «selección natural» o la «supervivencia del más apto», acuñando planteamientos del biólogo Charles Darwin y el filósofo Herbert Spencer, incorporando la biología al campo de la filosofía y de la sociología. La eugenesia asegura que los principales problemas sociales y de comportamiento son debidos a taras genéticas, apoyando la esterilización e incluso el asesinato selectivo para librar a la sociedad de la herencia de esos genes. Desde una concepción racista defiende a la idea de la predeterminación genética de los delincuentes, considerando ciertos grupos “conflictivos” como a psicópatas peligrosos que había que tratar como enfermos mentales, propugnando la penalización de la transmisión de enfermedades sexuales, o apoyando a la esterilización de los alienados mentales.

 

La eugenesia se tiende a la predilección por el Darwinismo social: si las especies se transforman por «selección natural», hay inferiores y superiores: «Entre los salvajes, los cuerpos o las mentes enfermas son rápidamente eliminados, los hombres civilizados, en cambio, construyen asilos para los discapacitados y los enfermos, y nuestros médicos ponen lo mejor de su talento en conservar la vida de todos y cada uno hasta el último momento, permitiendo así que se propaguen los miembros débiles de nuestras sociedades civilizadas. Nadie que haya trabajado en la reproducción de animales domésticos, dudará de que esto es sumamente perjudicial para la raza humana» (Charles Darwin). El número de septiembre de 1994 de El Correo de la UNESCO (cuyo primer secretario general fue presidente de la Eugenics Society inglesa) trata sobre la bioética, o más exactamente, sobre «la ética de la ingeniería genética en el hombre». Georges B. Kutukdjian, filósofo y antropólogo, jefe de la unidad de bioética de la UNESCO, explica allí la posición de la UNESCO :

 

«La pregunta que se debe formular está referida al diagnóstico pre-implantatorio realizado en embriones fecundados artificialmente, que en virtud de su mayor simplicidad y de su menor costo, tiene todas las posibilidades de reemplazar a la terapia génica en los casos, escasos, de enfermedades genéticas. Esto implica una elección o ‘selección’ cuyo marco ya está definido en términos éticos. Otra pregunta es saber si el trabajo que se hace actualmente no corre el riesgo de concentrarse estrictamente en los genes que se refieren al comportamiento de la gente: su ‘sexualidad’, por ejemplo, sus talentos y capacidades e incluso sus ‘desviaciones’. Esto podría conducir a una especie de reduccionismo genético en el cual la gente sería definida exclusivamente en términos de su genoma, o bien a una situación en la que algunos individuos, grupos o razas podrían ser estigmatizados por la sociedad, aislados o incluso eliminados. Esto implicaría adoptar una política eugenista”.  Este discurso es una notable tentativa de subversión del lenguaje: el eugenismo ya no sería la selección de los seres humanos según métodos sólo reservados para los animales, sería de hecho los excesos eventuales de la alta tecnología, casi irrealizables hoy. Este corrimiento semántico es compartido por buena parte de los medios y de la población que no ve el ‘eugenismo democrático’ (“La Eugenesia: La Ideología de la Cultura de la Muerte”).

http://es.wikipedia.org/Á‰tica_médica – http://es.wikipedia.org/wiki/Eugenesia

http://es.wikipedia.org/wiki/Josef_Mengelehttp://es.wikipedia.org/wiki/Experimentación_médica_nazi

Sobre el Autor

Jordi Sierra Marquez

Comunicador y periodista 2.0 - Experto en #MarketingDigital y #MarcaPersonal / Licenciado en periodismo por la UCM y con un master en comunicación multimedia.