Resulta inaudito que Rubalcaba y su equipo del PSOE se plantee la elaboración del programa de su campaña electoral para las próximas elecciones generales del 20-N, basándose en la más descarada demagogia como argumento central. Las tentaciones populistas a estas alturas, ya no pueden reconducir la dramática situación electoral socialista. Ese tipo de alquimia yo no funciona. Tampoco es de recibo el censurar machaconamente las medidas de ajuste necesarias que está realizando el Partido Popular, cuando dichos sacrificios, precisamente, provienen de la desastrosa gestión económica, aplicada por el Gobierno socialista hasta mayo de 2010, cuando el país ya se encontraba en estado agónico y al borde de la intervención. Todo lo que no sea la creación de empleo o fomentar la exportación, constituyen numeritos de circo como las «Ideas de verdad»
El candidato del PSOE, que tan teatralmente protesta por los inevitables recortes que están realizando PP y CIU, sabe que son totalmente necesarios. No se puede faltar al respeto al ciudadano prometiendo subidas de pensiones y sueldos, cuando fue él mismo quien en 2010 aprobó su congelación y reducción del salario de los empleados públicos, e igualmente fomentar la conflictividad social alentando a los sindicatos en su radicalización en huelgas como las de la enseñanza que están celebrando en algunas ciudades y con mayor virulencia en Madrid. Tales comportamientos son verdaderos ejercicios de cinismo que no corresponden a alguien que aspira a ser presidente de Gobierno. Conseguir votos a ese precio y con tales estrategias es sencillamente deleznable.
En otro orden de maniobras, el caballero candidato Rubalcaba, don Alfredo, está empecinado en sacudirse al todavía presidente del Gobierno, Rodríguez Zapatero, en ocasiones ignorándolo y otras, ridiculizándolo. La última treta urdida por Rubalcaba fue la repentina aparición en la “Conferencia” del expresidente Felipe González, con la intención, entre otros objetivos, de oscurecer al anodino ZP, invitado en plan de “maceta distinguida” con discursito incluido. Convendría recordar que meses atrás ya se cargó la pretendida regeneración de las “elecciones primarias”, propiciadas y abanderadas por Zapatero. A la postre, como todos sabemos y estaba previsto, no se celebraron.
La tasa de ahorro familiar ha descendido más de cinco puntos en menos de un año, lo que significa que los españoles estan tirando de sus pobres reservas para hacer frente a los gastos. El Gobierno, motivado por ese absurdo temor reverencial de la izquierda a los sindicatos mayoritarios, CC.OO y UGT, se han negado a realizar la verdadera reforma laboral que necesitamos, ocurriendo lo mismo con nuestra obsoleta negociación colectiva.
No obstante, Rubalcaba, siente encima y permanentemente, una especie de “espada de Damocles” (amenaza persistente de un peligro), que no le permite conciliar el sueño ni en las cuatro horas que dedica al descanso y tiene sus razones… En su caso, de no superar los 125 escaños en los comicios del 20-N, difícilmente podría optar a la Secretaria General del partido y eso supondría su definitiva muerte política quedándole solamente el presentar la dimisión. Van pasandolos dias y el nigromante no encuentra la piedra filosofal. El que ETA a última hora entregue cuatro pistolas y dos granadas de la Segunda Guerra mundial, tampoco va a modificar el voto de los ciudadanos que ya lo tienen más que decidido. España necesita inspirar confianza tanto en el exterior como internamente y eso jamás podrán lograrlo los socialistas tras vivir tantos años instalados en la mentira. Conviene tener presente que el actual Secretario General del PSOE sigue siendo José Luis Rodríguez Zapatero…..¡¡Tiempo al tiempo!!