EL CRISOL – Pascual Mogica Costa
Los Estatutos del Partido Socialista Obrero Español (PSOE) en su artículo 3.2 manifiestan lo siguiente: “El respeto a la libertad de conciencia y a la libertad de expresión en el seno del Partido de cada militante. Se garantiza la total libertad de discusión interna, tanto a cada afiliado/a individualmente como a través de las diferentes corrientes de opinión, formadas por el conjunto de afiliados/as que mantengan los mismos criterios y opiniones, que podrán expresarse a través de los distintos ámbitos de la Organización y por los cauces establecidos en estos Estatutos. No se permitirá la formación de tendencias organizadas”.
Cuando este apartado habla de corrientes de opinión y de igualdad de criterios, no entiendo muy bien como hay destacados militantes socialistas que toman iniciativas como las de homenajear a una monja, sor Maravillas de Jesús, un tanto masoquista por que se imponía así misma severos castigos físicos, tales como colgarse de la melena a una viga, pretendiendo o proponiendo colocar una placa con su nombre en una zona interior del Congreso de los Diputados. O como, haciendo uso de su condición de máxima autoridad municipal, darle el nombre del fundador del Opus Dei, Escrivá de Balaguer, a una calle de Zaragoza. Creo que esos criterios no encajan muy bien con los de la inmensa mayoría de los militantes socialistas, a pesar de haber entre ellos muchos católicos y creyentes –no es lo mismo, para mí, católico cristiano que creyente- ni tampoco creo que las corrientes de opinión estén concebidas para reconocer la labor y la santidad del fundador del Opus Dei, o para perpetuar la memoria de monjas ultraconservadoras. Yo creo que no es a eso a lo que se refiere el artículo 2.3 de los Estatutos del PSOE.
Tampoco creo que existan, de forma mayoritaria, los mismos criterios y opiniones que lleven hasta el extremo de que un grupo de destacados socialistas se reúnan con unos cuantos obispos y, después de celebrar una misa procedan a cenar juntos. He de decir que no veo nada malo en esto si no fuera porque al parecer la intención de ese grupo, que se le conoce como Cristianos Socialistas, sea la de “acabar con la apropiación indebida que la derecha hace del cristianismo”. No creo que lo que se pretenda sea arrebatarle esta intención a la derecha por que de ser así se puede acabar ocupando su sitio. Mucho cuidado con ello. Y esto no creo que lo contemplen los Estatutos del PSOE en su artículo 3.2.
A mi me da la impresión de que alguien en el PSOE está convencido de que es bueno eso de poner la otra mejilla. No, no es bueno. Si pones la otra mitad de la cara te llevas dos bofetadas, del otro modo solo tienes que soportar una o ninguna, todo es cuestión de tener buenos reflejos y cintura para esquivar el golpe. Aunque desde el sector de la Conferencia Episcopal, al PSOE le llueven, con bastante intensidad, las bofetadas. No hay que ser como sor Maravillas de Jesús, la monja que se aplicaba así misma duros castigos corporales.