Volviendo al tema recurrente de mi artículo del pasado martes no puedo por menos que darle una vuelta de tuerca y replantearme la situación en la que nos encontramos, en la que estamos equivocando la solución a la crisis, ya que estamos apostando doble o nada a los recortes de gastos con lo que estamos condenando la dinamización económica.
En primer lugar, las prestaciones por desempleo están sangrando al Estado y la única medida que se les ocurre a los políticos de este país es recortar esas prestaciones, lo cuál atenta directamente contra la equidad social y el estado del bienestar. En lugar del recorte, cabe, eso sí, el redireccionamiento de estas prestaciones hacia subvenciones e incentivos a emprendedores que permitan la creación de puestos de trabajo.
Si se elimina la prestación por desempleo de un trabajador en paro para entregársela a un emprendedor en forma de subvención, a cambio de que genere un puesto de trabajo para ese trabajador se estará consiguiendo un doble efecto positivo. Si extrapolamos este ejemplo concreto al conjunto de la sociedad, estaremos consiguiendo una sociedad mucho más dinámica y efectiva.
Por otro lado, el sector financiero español sigue empeñado en no financiar los proyectos empresariales de los emprendedores, temeroso de que en la situación actual estos proyectos puedan generar impagos en el medio-largo plazo. Sin embargo, esta financiación es fundamental para los momentos iniciales y para los procesos de reinversión posteriores, por lo que las administraciones públicas deberían de hacer un esfuerzo real y efectivo por exigir que esta financiación acabe llegando a los emprendedores y con ello se logre el inicio de la recuperación económica.
Y todo ello debe de ir acompañado, en todo caso, por una simplificación de los trámites burocráticos generales en la creación de empresas para que los tiempos muertos no acaben por matar las buenas ideas.