No es lo mismo antes que ahora, ahora que después, no es igual actuar en el momento adecuado o un poco después, no, por mucho que nos empeñemos, las decisiones deben de ser tomadas a su justo tiempo para evitar perjuicios evidentes, unos tangibles, otros intangibles, para que nadie pierda dinero, porque el tiempo es dinero y cuando se habla de macroeconomÃa más.
Por fin parece que los paÃses miembros de la Unión Europea parecen haber llegado a un acuerdo sobre la quita de deuda griega y la ampliación del Fondo de Rescate, buena noticia, sin duda, que debemos celebrar, aunque también aprovechar para clamar a los cuatro vientos, ¿por qué no antes? Esta misma decisión hace unos meses habrÃa ahorrado miles de millones de euros a los contribuyentes europeos, especialmente españoles, que se habrÃan ahorrado gran parte de la prima de riesgo que sus paÃses se han visto obligados a pagar por culpa de los ataques especulativos, ante los que la Unión Europea no ha sabido que hacer.
Y es que el proceso de toma de decisiones de la Unión Europea es demasiado burocrático, tedioso hasta decir basta, y nada eficiente, lo cuál provoca graves perjuicios económicos a todos los ciudadanos de la unión. Para evitar esta situación sólo hay una solución y no es otra que un Gobierno europeo elegido democráticamente por los europeos, un gobierno que tenga libertad de acción ejecutiva y que responda ante los ciudadanos que lo eligieron.
De esta manera se evitarÃa, en primer lugar, el desapego de la ciudadanÃa con unas instituciones que ni entiende ni les puede pedir cuentas, a la vez que se acelerarÃan las decisiones que podrÃan ser tomadas a su justo tiempo. Un Gobierno europeo acompañado de un BCE independiente, de verdad, para tomar sus decisiones puramente financieras y acotadas siempre por los intereses de Alemania, ayudarÃa a la consolidación definitiva de éste, nuestro proyecto europeo, nos ayudarÃa a crecer y nos protegerÃa ante el exterior.
Sin embargo, y como siempre digo, para ello los gobiernos nacionales tendrÃan que ceder su poder, ¿y quién está dispuesto a ceder parte de su poder? Yo sÃ, pero más que nada porque no tengo ninguno, porque si lo tuviera ya verÃamos.