Sociopolítica

Navidad, animales, clima y salud

LA NAVIDAD ES MUERTE PARA LOS ANIMALES

Según el gobierno alemán, cada año se matan para el consumo humano la brutal cantidad de cuarenta y cinco mil millones de animales en todo el mundo, lo que supone la muerte diaria de 123 millones doscientos ochenta y siete mil criaturas indefensas que serán asesinadas, torturadas y cocinadas también el día 25 de Diciembre para celebrar – es un decir- el nacimiento de Jesús, sin pensar que Á‰l amaba a los animales hasta el punto de nacer entre ellos. Cuando se reúne la familia en el banquete navideño comiendo un filete de vaca o cordero como los que se han colocado cerca de la mesa en el belencito de casa, ¿quién piensa en que precisamente esos animales que devoran con placidez son los mismos del Belén real, del establo que cobijó a Jesús y dieron el calor, el amor y la compañía que los seres humanos de entonces negaron al Ser más puro que ha pisado este bajo mundo? ¿No sería cosa, más bien de agradecerles semejante servicio y sentir por ellos un poco del mismo amor que cualquiera de esos animales dio a Jesús? ¿O es que alguien piensa, mientras devora a su pedazo de carne, que realmente está comiendo a un ser que fue capaz de amar, gozar, sentir miedo y dolor y al que se la arrebatado la vida para satisfacer su paladar?¿Quién piensa, mientras se afana en morder un trozo de ese cadáver caliente sobre su mesa que hubiera tenido igualmente sus proteínas de haber elegido legumbres, frutos secos, o queso para los que no hay que matar a un animal? Y todavía hay quien prefiere el cadáver sanguinolento y le dice al cocinero que lo quiere “poco hecho”, o come el pescado crudo. (Por cierto, los datos de más arriba proporcionados por el gobierno alemán no incluyen los pescados y mariscos que estos días de fiesta se consumen por toneladas diarias entre comidas de amigos, compañeros de trabajo o familiares).

¿Han mirado despacio los ojos de un animal? ¿Qué ven en ellos sino una vida a la que tienen tanto derecho como nosotros? ¿No sienten al mirar los ojos de su perro, por ejemplo, una inocente mirada y esa fácil sumisión que sienten todos los animales ante nuestra especie, por reconocernos como a sus hermanos mayores esperando de nosotros al menos la protección y ayuda que ellos mismos nos dan? Recordemos que el tener sentimientos es indicativo de tener almas, aunque sea almas colectivas en un proceso evolutivo hacia una  individualización que ningún humano tiene derecho a interrumpir.

Jesús, cuyo nacimiento celebra el mundo llamado cristiano, no creo que celebre nuestro modo de comportarnos con nuestros pequeños hermanos, vistas las numerosas ocasiones con que a lo largo de Su vida salió en su defensa, a pesar de que los falsificadores de las Biblias se empeñan en que comía el cordero pascual y añadió peces al milagro de los panes. Nada de eso es cierto, en cambio sirve de justificación a la casta sacerdotal para comer su filete en la mesa de Navidad ricamente adornada para celebrar la venida al mundo de un niño pobre en un establo, y sin embargo Primogénito de Dios, pero aún así nunca fue aceptado por Monseñores, Eminencias y Papas.

GANADERÁA EXTENSIVA, CAMBIO CLIMÁTICO Y SALUD

La llamada comunidad científica reconoce a las acciones humanas como causa del cambio climático acelerado, muy especialmente desde los años cuarenta del siglo pasado en adelante y añade que aunque se retrocediese a los niveles de emisión de gases de efecto invernadero anteriores a la era industrial, el proceso es ya irreversible y nos dirigimos hacia una catástrofe climática. Afirman que se ha sobrepasado la capacidad de resistencia de la Tierra.

En esta situación, y según la FAO, la cantidad de metano procedente de la ganadería extensiva es 26 veces superior a la cantidad de CO2, y contamina más que todos los motores del mundo. Pero la ganadería extensiva no es puesta en cuestión, y eso que su existencia es responsable de que el 70 por ciento de la superficie agrícola del mundo se tenga que dedicar a la producción de forraje, en detrimento de la alimentación humana, y de que el aumento continuo de la ganadería extensiva para satisfacer a una creciente parte de la población mundial que exige carne en los países emergentes, lleva a talar los bosques para convertirlos en terrenos de pasto con un ritmo tal que desaparece una hectárea cada DOS SEGUNDOS. Esto de nuevo repercute sobre el clima, reduciendo la cantidad de oxígeno ambiental, disminuyendo las lluvias y aumentando la erosión de la Tierra. Por otra parte, es ingente la cantidad de agua que se precisa para mantener el ganado estabulado.

A los efectos negativos generales sobre el clima, y por tanto, sobre sus consecuencias en la salud general, aún podríamos añadir otros “por qué no” a la carne:

1. Porque la carne está llena de venenos (DDT, antibióticos, hormonas, etc.).
2. Porque la carne hace más agresivos a sus consumidores.
3. Porque por la producción de carne se dejan de cultivar grandes extensiones de tierra, que producirían miles de toneladas de granos y cereales, y así se deja de alimentar a millones de pobres.

Ya hay voces que se levantan a favor de un impuesto especial sobre la carne, pues al ser considerada como no imprescindible pasa a ser considerada un artículo de lujo y un vicio como puede serlo el alcohol o el tabaco. Por otro lado, desde el punto de vista médico se ahorrarían muchas enfermedades metabólicas como por ejemplo artritis, colesterol, o el mencionado cáncer.

En conclusión: Cada uno es libre de alimentarse como desee, pero es bueno que tenga la información precisa sobre su papel en lo que sucede a este Planeta y a los animales, así como su responsabilidad en todo ello y finalmente en su propio estado de salud.

Sobre el Autor

Jordi Sierra Marquez

Comunicador y periodista 2.0 - Experto en #MarketingDigital y #MarcaPersonal / Licenciado en periodismo por la UCM y con un master en comunicación multimedia.