Muy segura se sentía doña Rosita al proclamar que UPyD sería la llave para un gobierno no nacionalista en las Vascongadas. Ahora resulta que el PSE-EE se ha llevado finalmente el escaño por Álava que se disputaba con EA y que inicialmente se había asignado a la formación nacionalista, de modo que el PSE suma ahora 25 escaños, que unidos a los 13 del PP serían suficientes para formar una mayoría estable, por lo que no es necesario el voto de UPyD.
Es algo que suele pasar cuando los políticos hablan de victorias antes de tiempo sin esperar los resultados finales, sobre todo cuando saben que algunos escaños bailan entre uno u otro partido al ser mínima la diferencia de votos.
Tal vez, si Rosita hubiera hecho coalición electoral con Ciudadanos, otro gallo cantaría, pues entre los dos posiblemente habrían sacado algún diputado más. Pero R10 es autosuficiente, y, como se dice popularmente, la altanería viene antes de la caída.Lo que no está nada claro es la actitud del igualmente autosuficiente Patxi López, tan seguro de su acceso a la presidencia autonómica, pues no piensa en una coalición de gobierno con el PP. Aunque ahora se puede sentir aún más orgulloso al tener otro diputado más (le va a pasar lo que al Barón Harkonnen, se infla y acaba gravitando en el aire), no cambia la única opción aceptable: Gobernar conjuntamente con el PP.
Está claro que el PNV lleva todas las de perder, pues ahora no tiene forma de conseguir apoyos suficientes.
Patxi ahora ya deja entrever su verdadera naturaleza: «Vamos a gobernar en clave progresista. Quiero un gobierno que tenga a la gente del Partido Socialista, pero también gente que no tenga el carné. (…) Habrá sensibilidades nacionalistas» en Ajuria Enea, ha añadido.
De hecho, López ha manifestado su intención de «hablar con todos» y no ha descartado acuerdos puntuales con EB o Aralar. Esto suena como un portazo al PP y un insulto a los ciudadanos que quieren ver un cambio real en el País Vasco.
Preguntado sobre el uso del euskara, López ha manifestado su «compromiso con el mundo del euskara y con el euskara en sí mismo», si bien ha precisado que «hay que fomentar el euskara pero de manera atractiva, sin rechazo y con sentido común«. Bueno, creo que sentido común es lo que no tiene López.
«No está siendo lógico que un cirujano puntúe más por la lengua que por su competencia profesional», ha dicho.
Tampoco comparte el socialista que se le requiera el euskara obligatoriamente a la secretaria del lehendakari y no al propio lehendakari. López ha sostenido, en cualquier caso, que hablará euskaraz.
Habla el hombre como si ya tuviera la responsabilidad de gobierno, sólo que parece olvidar que con estas manifestaciones difícilmente conseguirá el apoyo del PP. Para tener a un Montilla-bis, pues casi mejor consentir un gobierno en minoría del PNV, que será lo que toca a la vista de lo que hay. Este López nunca me ha parecido kosher.
Aún está por ver quién ríe último. De los dos que se han reído primero, una ya se puede comer sus risas.