En el mundo moderno se habrían producido tres olas de democratización, cada una de ellas ha afectado a un número escaso de países, y durante su transcurso algunos regímenes de transición fueron en una dirección no democrática; pero no todas las transiciones hacia la democracia ocurren durante las olas democráticas.
Tercera ola de democratización (1973-1990):En su análisis de la tercera ola mundial de las transiciones a la democracia (iniciada en 1974 con la Revolución de los Claveles en Portugal), Samuel Huntington observó que las posibilidades de democratización aumentaron cuando estos países salieron de la pobreza y alcanzaron un nivel intermedio de desarrollo socioeconómico, momento en el cual ingresaron en una zona de transición política.
Las dos primeras olas de democratización fueron seguidas por una ola inversa, con países como Brasil, España, Portugal, Grecia, Granada, Brasil y Panamá, que hicieron una posterior transición hacia la democracia y que fue completado en la década de los 90 con la democratización de los países de la extinta URSS y Sudáfrica.
Lo más importante de esta ola es que fue un momento universal (en 15 años la ola se trasladó por Europa del Sur, saltó a Latinoamérica, se trasladó a Asia y diezmó las dictaduras del bloque soviético). Así, en 1974, ocho de los 10 países sudamericanos tenían gobiernos no democráticos; en 1990, 9 tenían gobiernos democráticamente electos y, según Freedom House, el 32% de la población mundial vivía en países libres, y en 1990, cerca del 39%, disminuyendo por primera vez la cantidad absoluta de estados autoritarios.
Nueva ola desestabilizadora mundial (2009-2019): Sin embargo, las últimas elecciones democráticas del último quinquenio han estado marcadas por acusaciones inequívocas de fraude electoral (Irán y Afganistán), aislamiento internacional de los gobiernos democráticamente elegidos (Bolivia, Venezuela, Ecuador, Nicaragua y franja de Gaza); pseudoelecciones para intentar edulcorar golpes de mano blandos (Honduras) y aceptación por la comunidad internacional de sistemas políticos devenidos en meros gobiernos autocráticos (Bielorrusia, Georgia y Rusia).
De todo ello, se deduce que estaríamos en vísperas de la irrupción en el escenario geopolítico de la nueva ola desestabilizadora mundial originada por el ocaso de la economía global; la pérdida de credibilidad democrática de incontables gobiernos de países del Tercer Mundo; el declive de EEUU como primera potencia mundial y la irrupción de nuevos actores en el marco geopolítico mundial como China, Rusia, India y Brasil, y que tendrían a Honduras, Paraguay, Grecia, Turquía, Egipto, Afganistán y Pakistán como paradigmas de los llamados golpes virtuales o postmodernos que protagonizarán la próxima década en el nuevo escenario geopolítico mundial.
GERMÁN GORRAIZ LOPEZ