Sociopolítica

EL GRAN FRACASO DE LA SOCIEDAD MODERNA

Era nada menos que el considerado como «Maestro de Maestros» (adrede y con mayúsculas) el que habiendo fundado la primera escuela mixta que se conoce en el  mundo y cuyas enseñanzas eran nada más (y nada menos) que enseñar al hombre a ser hombre y a la mujer, mujer; cuando terminaba los cursos que él consideraba acabados (en el primer tiempo ni les dejaba hablar, sólo que oyesen y escuchasen con atención: «curso de los silenciosos»)… les aconsejaba. «Cuando vayáis por el mundo, si llegáis a alguna república dónde los abogados y los médicos son muy abundantes… pasad de largo y no os quedéis allí… allí las cosas del cuerpo y del alma han de ir muy mal»… Cito de memoria, pero algunos ya saben que me estoy refiriendo a Pitágoras y a quién habría que rescatar cuanto antes e imponer sus enseñanzas; seguro que el mundo cambiaba de verdad; puesto que los imbéciles y los dañinos, desaparecían de los lugares donde siempre harán daño.

¿Qué nos encontramos hoy tras dos mil quinientos años historia? Simplemente mire a su alrededor y vea analizando, los valores  humanos y cómo vegeta la sociedad actual; que ansias la mueven y que valores pretenden en general los individuos  que la componen; salvando como es lógico las excepciones, que por otra parte no deben ser muchas viendo los resultados globales.

En España nos lo dice el número de presidiarios, el de alcohólicos y otros drogadictos (se afirma que España es el mayor consumidor de cocaína del mundo); el número de prostitutas, de separaciones y sobre todo, el número de expedientes en los múltiples juzgados existentes (en mi ciudad  han aumentado por diez veces, mientras la población aumentó por dos y media) y que están o colapsados o a punto de ello, según ya ha dicho el juez decano de  los de Córdoba, generalizando para todos los juzgados de España.

Abogados, se dice que tenemos aquí, más  que en el resto de Europa; y gestores administrativos; hay infinidad, puesto que se ha creado tal monstruosidad de aparato oficial, que no hay ser  humano que en España, pueda valerse por sí mismo para entablar relaciones con los que dicen gobernarle, que de paso… «lo asan a impuestos e imposiciones y lo tienen ayuno de los derechos correspondientes». Somos súbditos.

O sea y en conjunto, una sociedad aún peor que la que el Maestro Pitágoras ya decía a sus discípulos (lo de «alumno» vino después y ya en la degeneración).

Dos datos que ponen los pelos de punta… En España, que en 1978 había en las cárceles españolas, sólo diez mil presos (10.000) hoy pasan de setenta mil (70.000) y no hay más… «posiblemente por que ya no caben y hay que meter sólo los que  ya no pueden justificar una libertad más o menos consentida o vigilada»; puesto que algunas cárceles están a más del doscientos por ciento de su capacidad y aquello ya son más «infiernos que otra cosa». Pero como en realidad somos un Estado fabricado a imagen y semejanza del Ášltimo Imperio de este planeta… o sea de  USA; veamos como andan por allí, nuestros patrones.

«En Estados Unidos, un nuevo estudio descubrió que el número de personas encarceladas o en libertad condicional llegó a la cifra récord de 7,3 millones. Uno de cada 31 adultos ahora está en el sistema correccional de Estados Unidos. Hace 25 años, el índice era de uno en 77 adultos. El Pew Center de Estados Unidos descubrió que el gasto en las correccionales está superando al gasto gubernamental en educación, transporte y asistencia pública. La Asociación Nacional de Oficiales de Presupuesto Estatal, calcula que los estados gastaron la suma sin precedentes de 52.000 millones de dólares en las correccionales el año pasado, lo que representa uno de cada 15 dólares del fondo general».

O sea y en pocas palabras; que el estrepitoso fracaso de las sociedades que se dicen modernas y progresistas es, que tienen que gastar infinitamente más dinero en castigar a la delincuencia, que en enseñar al individuo y desde  niño para que se forme de forma integral y positiva para que sea útil a la sociedad donde va a vivir.

Tristemente… «ni la guillotina de la Revolución Francesa sirvió para nada»; lo que demuestra que una revolución no sirve, mejor «reevolucionar» ( «ojo hay dos ee»). ¿O habrá que preparar de nuevo la guillotina?

Sobre el Autor

Jordi Sierra Marquez

Comunicador y periodista 2.0 - Experto en #MarketingDigital y #MarcaPersonal / Licenciado en periodismo por la UCM y con un master en comunicación multimedia.