Pero mira por donde los hechos son muy tozudos, y ese mismo día 28, elmundo.es se hace eco de la siguiente noticia Registran en Melilla los domicilios de los dos presuntos islamistas detenidos:
“…Este grupo se caracterizaba por su marcado hermetismo y por la adopción de fuertes medidas de seguridad internas, tendentes a ocultar su existencia. Sus integrantes eran obligados a llevar una vida de sumisión a las creencias takfiríes (una de las ramas más ortodoxas del yihadismo o radicalismo islamista) que incluía separarse de sus familias, abandonar también los estudios o la prohibición de escuchar música o ver la televisión. Uno de los referentes religiosos del grupo es Abu Qutada, quien en su adoctrinamiento hacia la Yihad (Guerra Santa), destacaba como ejemplos inspiradores hechos como el acaecido en la localidad madrileña de Leganés el 3 de abril de 2004, tras el brutal atentado del 11-M…»
El País también del día 28, concretando más la noticia, Detenidos en Melilla dos salafistas acusados de asesinar a un exsectario dice:
«El ministro del Interior, Jorge Fernández Díaz, ha explicado esta mañana que los dos detenidos pertenecen «a la misma ortodoxia radical» de los islamistas que se inmolaron en Leganés (Madrid), días después de los atentados del 11 de marzo de 2004, en los que murieron 191 personas en el ataque terrorista con bomba a varios trenes en la capital de España.»
Así es que veo a todos los del PP que antes de ganar las últimas elecciones –y después también– han estado «queriendo saber la verdad» (Cospedal, González Pons, Soraya Sáenz de Santamaría, Javier Arenas, Esperanza Aguirre, etc.) y a todos los propagadores de la teoría de la conspiración (Pedro J. Ramírez, Jiménez Losantos, Luis del Pino, etc.) pidiendo explicaciones al actual Ministro de Interior por sacar de su boca tales palabras y poner patas abajo todas sus mentiras.
Ha habido interesados en no hablar del terrorismo islamista ni del 11-M, de ningunearlos en definitiva –vaya Ud. a saber por qué motivos– en este 27 de junio, día de las víctimas del terrorismo; pero la fuerza de los hechos les ha obligado a hablar de ello al día siguiente. No deberían olvidar tan facilmente esta lección que les ha dado la realidad de los acontecimientos.