Hay un después. Un después de una vida de droga, de eso no veo yo muchos escritos, solo de lo que acarrea la droga: detenciones y destrozos en el organismo y en la familia. Pero aquellos que han salido y rehecho su vida somos, o son, estadísticas que se mantienen en el silencio, no se les escucha, no suelen escribir mucho sobre lo que trae esa nueva vida, lo que se descubre, lo que se aprende, lo que se recupera y lo que se deja atrás.
Son, somos una mayoría un tanto silenciosa que lo que quiere, muchas veces, es pasar página y olvidar, y salir adelante, y cicatrizar esa herida de alguna u otra manera, porque duele lo pasado y, a veces el sentimiento de vergÁ¼enza por cosas que hicimos nos adentra en momentos muy frustantes y de asco personal.
La verdad es que es lógico y razonable que la gente que ha salido de todo esto no quiera saber nada más del tema e intente rehacer su vida de la mejor manera posible. Si ha recuperado a sus seres queridos, disfrutar de ellos, y si no, encontrar otras personas, hacer nuevas amistades y buscar un lugar en esta sociedad que un día le rechazó y le apartó de ella, la sociedad y él mismo, por la droga.
Somos muchos los que hemos salido. La mayoría calla porque no desea saber nada más de ese mundo. Otros intentamos ayudar en lo que podemos en nuestras ciudades, pueblos, etc.
Con esta reflexión quiero expresar que hay esperanza, que muchos hemos salido de esto,pero por desgracia de eso no hay estadísticas.
Hay luz al final del túnel, se recuperan muchas cosas y es bonito, muy bonito, cómo cambian las relaciones con tu entorno y con los que te rodean, cómo ves la vida y la sientes de otra manera, muy diferente, cómo disfrutas de los días y de tus seres queridos. Notas que te tratan diferente, porque en muchos casos se sienten orgullosos de ti y eso amigos mios, es algo muy valioso porque refuerza tu autoestima.
Otros han perdido todo y tienen que recomenzar, pero siguen firmes en su lucha por el no consumo.
En los años de drogadicción son tantas cosas las que pasan por tu vida y que no ves ni percibes y, una vez fuera vuelves a sentir y a percibir, son muchas sensaciones que no se si sé expresar.
En mi caso viví una buena vida antes de caer a los 33 años y salí de ella a los 48. Me es más fácil que a otros valorar la vida porque la he vivido antes y ahora quiero recuperarla, peor aquellos que son jóvenes y que nunca han vivido otra cosa que la droga, son difíciles de reinsertar porque hay que enseñarles cosas que tiene esta vida que ellos no conocen porque solo han vivido el submundo de la droga desde muy jovenes. El trabajo con estos chavales es el más difícil bajo mi punto de vista: hay que enseñarles este mundo, reciclarlos de nuevo y eso, francamente, es complicado.
Hablando de mi, he recuperado muchas cosas: familia, amigos, vivo con otra mujer, me gusta sentarme a gusto a mirar al cielo, sentir el aire, acariciar al ser querido, amar la naturaleza, resolver los problemas, deleitarme con una buena comida, hablar de cosas que no sea la droga siempre, ser positivo, saber escuchar, intentar comprender, no sentirme mal porque me lleven la contraria, empatizar, valorar las cosas,entender que cuando se puede se puede y cuando no, no se puede, retener mi ansiedad, saber mantener una conversación sin intentar llevar siempre la razón, el sabor de un buen puro, disfrutar de mis perros, hablar con mis padres sin fingir nada, escuchar a mi hermana cuando hablamos del pasado, ser sincero con mi mujer en todas las cosas y si nos vienen momentos malos, mantener la calma y estar unidos, algo muy importante para continuar por el camino de la recuperación.
Quedan secuelas, para unos muchas y para otros menos, pero quedan secuelas y hábitos de vida que hay que cambiar, es así y no queda otro remedio.
No todo puede ser negativo. También hay que escribir sobre lo positivo, los que han salido de ella y se han recuperado, ¡caramba no siempre es lo malo y lo desagradable!, existimos… muchos; que hay esperanza.
Se que hay muchas personas que han perdido seres queridos o están destrozadas, pero hay otros que hemos logrado superar esto y no hemos recaído y tenemos mucho que contar, tanto positivo como negativo. Hay que dar esperanza porque la hay. Entiendo la prevención y la lucha contra la droga, pero esa mayoría silenciosa que ha salido debería expresar lo que siente ahora en la vida, cómo le ha cambiado, para que también vean los demás que hay gente que hemos luchado y lo hemos superado.
Hay Esperanza amigos y os invito a contar cómo ha cambiado ahora vuestra vida. Es necesario que se sepa que existimos y hemos peleado por volver a ser personas.
Es volver a nacer.