EL CRISOL – Pascual Mogica Costa
Como siempre el inefable George, se ha convertido en la pieza estelar del enorme puzzle deportivo que conforman Los Juegos Olímpicos de Pekín. Una vez más na conseguido eclipsar a todos los demás y en este caso concreto a los centenares de atletas y millones de espectadores.
El hombre se ha presentado en Pekín y como aquel que no dice nada, pero no calla, ha pedido el Gobierno chino que respete los derechos humanos. No se si los dirigentes chinos se habrán atrevido, por que sería un atrevimiento por su parte que igualaría al de Bush, a recordarle que en Iraq y más concretamente en la desgraciadamente célebre cárcel de Abu Ghraib los derechos humanos han sido pasto de la actitud salvaje y prepotente, consentida por Bush, de algunos jefes militares y soldados norteamericanos y tampoco se si se habrán atrevido a recordarle lo que está pasando en Guantánamo donde los tribunales militares están juzgando a los allí recluidos sin disponer estos de defensa alguna. Igual de temerosos se habrán mostrado a la hora de recordarle a Bush, que desde el 11-S, hace ya siete años, las libertades y los derechos de los ciudadanos estadounidenses han sufrido serios recortes en beneficio de la actuación policial, no, no creo que se lo hayan recordado. Pero Bush se ha plantado en Pekín y ha pedido respeto a los derechos humanos. Que fuerte.