Madrid Arena: ¿macroconcierto o ratonera?
Antes de empezar mi artículo: dar las condolencias a los familiares y amigos de las 4 chicas fallecidas en el macro festival celebrado en Madrid, así como espero la pronta recuperación de los heridos.
Macro festival, con un famoso «DJ» que yo, a mis años, no sé su nombre, pues ya mi juventud quedó atrás. El reclamo era ese para los jóvenes y todos acuden a pasar una noche divertida, con sus colegas, amigos, novias, etc. a ninguno de ellos se le pasa por la cabeza que, en un momento dado, en un apartado de la gran sala, se forme un monumental atasco donde, presas del amontonamiento y la presión, mueren asfixiadas 3 jóvenes y una más tarde en el hospital y son numerosos los heridos, todo por culpa del pánico.
Como siempre, los medios de comunicación a la caza de la noticia. No me meto con ellos, sólo con aquellos que en televisión dedican un programa a lo sucedido, mostrando imágenes y entrevistando a jóvenes que estuvieron en el lugar de los hechos. Pero lo que más me hace pensar son los famosos «contertulios» expresando su opinión desde el punto de vista de adultos, diciendo cosas como: «qué imprudentes», «¿cómo se les ocurre?», etc. Desde luego esto es una desgracia, pero todos hemos sido jóvenes y hemos cometido imprudencias cuando estábamos con los amigos, ¡ojo! no estoy alentando este tipo de actitudes, sólo estoy diciendo que tenemos la manía de nunca recordar que fuimos jóvenes también.
Me desagrada que demos lecciones como adultos a jóvenes, pensando que son adultos, cuando los mensajes que deben darse a los jóvenes tienen que ser empatizando con ellos y olvidándonos de su capacidad para comprender situaciones que son incapaces de imaginar.
Bueno, a lo que iba, es un hecho desagradable precedido de muchas equivocaciones. Ante todo me asombra que salga la señora alcaldesa diciendo que los locales públicos no se alquilarán para grandes eventos, y ¡se acabó! Medida radical: «muerto el perro se acabo la rabia», y digo yo: en esos Macro-conciertos en espacios públicos, ¿por qué razón se deja la seguridad en manos privadas?, cuando lo lógico, a mi entender, sería que el Ayuntamiento así como la Comunidad, obligase a los promotores de dichos Macro-festivales, a que la seguridad, tanto activa como pasiva, corriese a cargo de las Fuerzas de Orden Público Municipales y si fuese necesario, con apoyo de las Nacionales y a su vez, coordinadas con Protección Civil, que para eso se ha creado y que, precisamente en Madrid cuenta con unos grandes medios y profesionales así como el Samur y si fuese necesario el apoyo de Cruz Roja.
Estamos hablando de miles de jóvenes, no de 5 o 6. Hay gente preparada para esto, para controlar estos grandes espacios y reforzar los puntos negros, pasillos, puertas de salida y de emergencia, etc., donde se puedan formar «cuellos de botella». Pero no, se lavan las manos y se deja la seguridad a no sabemos quien. Me imagino a unos personajes, normalmente porteros de discotecas, que no tienen las nociones mínimas de primeros auxilios y que no han sido coordinados absolutamente en nada, y por imaginar, imagino que no conocen ni el plano del recinto. Eso no se puede dejar en manos de gente no profesional, por ahí empieza el error, me podrán decir que esto no estaba previsto… pues ese razonamiento me basta para que haya profesionales que tienen «previsto hasta lo imprevisto». Estamos hablando de grandes concentraciones en lugares cerrados y no se puede improvisar, existen protocolos y tanto el Ayuntamiento como la Comunidad de Madrid los conocen. Además, se tiene que estar al día en las revisiones que tienen que pasar estos locales según salgan nuevas normativas de seguridad, actualizándose. Me imagino que todo esto se habrá tenido en cuenta, no me vale con que «ya no se hace más y se acabó».
Hay que entonar muchos «mea culpa», de unos y otros, pues los adultos somos los que tenemos que velar por nuestra juventud y, en ciertos momentos, pensar como ellos para entenderles y comprenderles. No me valen esos programas chabacanos que encima derivan todo al alcohol y la droga. Seamos consecuentes, no oportunistas, pues se perdió la vida de 4 jóvenes, truncándoles su futuro, por el mal hacer de unos y otros, normalmente adultos, en aras de ganar dinero a costa de llenar locales de jóvenes con ganas de diversión, tratándolos como mera mercancía para ganar dinero sin tener en cuenta los riesgos que puedan tener en las aglomeraciones y quizás sin respetar los aforos y las medidas de seguridad, así como la falta de previsión y la poca implicación y control del Ayuntamiento al dar los permisos.
Y EN SUS PETOS, PONÁA «SEGURIDAD». ¡Dios me libre!