Sociopolítica

Condenados a entenderse

Nuestro sistema electoral -y, por tanto, el mecanismo de nuestro juego democrático- está sustentado en el bipartidismo. La diversidad ideológica de más de 40 millones de españoles se resume y simplifica en dos grandes partidos: uno de corte socialdemócrata europeo y otro liberal-conservador. Dentro de cada una de estas formaciones  hay matices, corrientes, diferencias. Fuera quedan varias formaciones: los nacionalistas de distintas regiones y de distintos grados de radicalidad y una fuerza que hereda al antiguo (y todavía existente) Partido Comunista y que se sitúa, en medios de las normales contradicciones en un proceso de cambio, en unas coordenadas ideológicas de izquierda capitalista (sin llegar a antisistema) con elementos de las llamadas “nuevas izquierdas”: pacifismo, ecologismo, feminismo, antiglobalización. ¿Qué tienen en común esta izquierda minoritaria y la que representa el PSOE? La verdad es que muy poco, aunque el marchamo general  de “Izquierda” pueda ser un elemento unificador.

 

En otro frente están los partidos nacionalistas que plantean una ruptura del orden constitucional abiertamente y a los que un largo periodo de democracia  no ha apaciguado, como parecía normal, sino radicalizado. Lo más curioso (y grave) de este hecho es que aquí hay que incluir a algunas sucursales del PSOE (sobre todo la catalana, pero también la gallega; la vasca es una incógnita) que comparten el modelo de Estado con los nacionalistas.

 

En un panorama así me parece inevitable que los dos grandes partidos españoles terminen entendiéndose por pura necesidad y porque ellos son los depositarios de  acuerdos básicos que determinan nuestro modelo de Estado y de sociedad. El acuerdo del País Vasco es sólo el principio. Habrá más. El PSOE tiene, primero, que aclarar su articulación interna, hacer compatible su pluralidad territorial con su carácter de gran partido nacional; y, luego, comprender que necesita al PP con el que tiene un amplio elenco de factores comunes  y, sobre todo, un supremo valor  moral, histórico y cultural que se llama España.

 

Sobre el autor

Jordi Sierra Marquez

Comunicador y periodista 2.0 - Experto en #MarketingDigital y #MarcaPersonal / Licenciado en periodismo por la UCM y con un master en comunicación multimedia.