Pasa la vida, corren los años rápidos, a veces te da la sensación que los años pasados han sido eso: pasados, un sueño, y te sueles preguntar: ¿los he vivido?. El ahora es lo que sientes, (como yo en este momento que estoy tecleando), todas estas cosas las reflexionas en algún momento de tu vida, no todas las personas pero sí algunas. Tu pasado lo que de ello aprendiste, bueno y malo, ahora te sirve para ver y analizar y comprender las situaciones de los que te vienen empujando, pues con mis años estamos en primera línea, ya queda poco para ese empujoncito que nos retire, hacia un lado y empecemos a vivir, lo que llamamos «ancianidad», el momento de retirarte y apartarte y dejar pasar a otros. Son situaciones difíciles, ahora mismo estás en medio de unos y otros. Contemplas y comprendes a los ancianos, que ahora se tienen que hacer cargo de su nueva situación, que poquito a poco a todos nos irá colocando en ella . Son procesos naturales, unos empiezan y otros terminan, para dejar paso a nuevas generaciones: «NACES,VIVES Y MUERES».
Ancianidad, no nos gusta pensar en ella y observando a las personas mayores que nos rodean nos viene un miedo interior, nos gustaría saber: ¿cómo será esa etapa de nuestra vida, buena, con enfermedades, nos dejaremos cuidar, etc., etc.?. No lo sabemos, pero sí os digo que hay que observar a los mayores, mucho aprendes de algunos; sin embargo, a otros prefieres cuidarlos, sacrificándote, porque tienen una vejez difícil, egoísta, ellos mismos abandonan sus cabezas, están más o menos bien pero ya no quieren saber nada de su cuerpo, hay una especie de división, te cuesta limpiarlos, mantenerles su dignidad, pues a ellos eso ya no les importa, están inmersos en sus pensamientos, en sus dudas, en sus miedos, han perdido la frescura de antaño y se sienten inservibles y lo demuestran buscando el mimo, el mantener una actitud ante los demás para que se fijen en ellos, no quieren verse arrinconados…
Es duro llegar a viejo, te aferras a tu pasado, a los objetos que te traen recuerdos… Mientras funcione la cabeza no quieres romper esa delgada línea que te une con todos. Algunos se niegan a reconocer su ancianidad, no quieren estar con personas de su edad porque se ven reflejados. Es muy simpático cuando una persona mayor ve a otra de su edad y te dice: «¿has visto ese viejo?», tienes que sonreír… eso que dicen te da a entender que ellos así mismos y ante los demás no quieren sentirse viejos, pues para todos es una palabra que implica mucho en nuestras vidas.
Esta generación de mayores que hay en estos momentos son personas que están viviendo un progreso tecnológico rapidísimo que les supera. Una juventud abierta que no logran entender, se vive muy rápido, más que en sus años mozos, y pierden el hilo y siempre te dicen: «es que en mis tiempos … y ahora esta juventud… » . Les es difícil entender las cosas.
Ahora, de lo que yo me he dado cuenta, es que no aguantamos a los mayores, sobre todo los jóvenes. Comprendo que hay mayores complicados, que no te dejan vivir y que, llegados a una edad, necesitan una asistencia 24 horas y lo mejor es ingresarlos en un centro, pues hoy en día, tal y como están las cosas, no tenemos tiempo para atenderlos… si se dejan atender. Pero volviendo a lo de antes, noto una cierta «CRUELDAD DE LA JUVENTUD CON LOS MAYORES, UNA FALTA DE RESPETO» que no logro entender, no la comprendo, sé que cuando se es joven, uno no tiene la visión que podemos tener ahora en la madurez, donde se acumulan tantas experiencias de vida por las que tendrán que pasar los jóvenes para aprender, es ley de vida, podrás prevenirles en ciertas cosas, pero esa etapa, la juventud, es de aprendizaje.
Se quieren comer el mundo y piensan que saben todo. Así hemos sido la mayoría. A otros se nos ha educado de otra manera, y ya desde jóvenes respetábamos a nuestros abuelos. Pero a una mayoría muy grande de jóvenes, y no tan jóvenes, les repele el olor a rancio, les molesta lo viejo y, si te llaman viejo, es de una manera despectiva, que demuestra su incultura y la mala educación que han recibido. No se hacen cargo de sus mayores, pues son un estorbo en sus vidas, no saben tratar con las personas mayores. Como ellos, hay de todo: abuelos dulces, malos, egoístas, buenos enfermos, sanos y un largo etc… ¿Es egoísta la juventud de ahora? Es una pregunta que me hago muy a menudo, mirando lo que tengo más cercano.
Algún día nos haremos nuestras necesidades encima, porque no controlaremos nuestros músculos; tendremos enfermedades, por los años transcurridos, que merecen una atención continua; seremos «cascarrabias» o no, pero de lo que no hay duda es que todos «salvo que ocurra algo por el camino» llegaremos a viejos (viejos no lo digo en un sentido peyorativo, lo digo por el significado realista de la palabra). Todos sin excepción. Entonces: ¿Nos arrinconarán, nos cuidarán, sabremos apartarnos y no molestar?, ¿descansar que es lo que toca?, ¿pediremos que nos ingresen con otras personas de nuestra edad?, ¿seremos pesados y no dejaremos vivir a nuestras familias? No lo sabemos. Lo que está claro es que nuestra personalidad, a lo largo de nuestra vida, define perfectamente cómo será nuestra vejez. Depende de cómo seas, así serás de mayor y, lo más probable, multiplicado por dos. Por tanto empieza a cambiar ahora que eres joven, sé transigente con tus mayores, respétales y nunca, nunca pongas en duda que aunque sean mayores no tienen «dignidad», que hay que respetarles, si están a nuestro cargo cuidémoslos arreglémoslos, mantengamos su dignidad como personas, pues se lo merecen después de toda una vida. No los descuides y los tengas abandonados, tienen derechos como personas, cuando salgas con ellos que vayan cuidados, arreglados, vamos que, a pesar de su edad y de su forma de ser, que las personas vean que tienen dignidad y que se les cuida como se merecen.
Y a ti joven, si lees esto, piensa que hoy tienes que disfrutar de tu juventud, pero respeta a tus mayores porque ellos también fueron jóvenes ,como tú serás anciano un día de estos.
«A FIN DE CUENTAS LA JUVENTUD ES UN ESTADO TRANSITORIO DE LA VIDA»