La publicación póstuma de “El Príncipe” (1531) de Maquiavelo (1469/1527) permitió crear una imagen muy sesgada sobre este “maquiavélico” filósofo… ¿No le recomienda al príncipe que sea astuto como un zorro y feroz como un león en el ejercicio del poder?
Maquiavelo defendía la astucia como remedio para salir del paso en periodo de crisis y porque la defensa de Florencia (¿España?) justificaba batirse en armas contra los enemigos (¿Paro?).
La astucia no es entonces solamente un proceso táctico o un instrumento de presión…siendo un dato esencial de las relaciones humanas y de la acción política.
…“esa Astucia libera a los pueblos, que pueden utilizarla para derrocar a los incapaces o a los déspotas cegados por su propia fuerza”…
Como dijo Rousseau, “fingiendo impartirles lecciones a los reyes, Maquiavelo ha impartido grandes lecciones a los pueblos”.
Para Maquiavelo la función prioritaria del político es la de atajar los conflictos y expresar opciones claras… ¿marianas?
Es interesante comentar que según Maquiavelo los ciudadanos deben liberarse del yugo cristiano que les desvía de sus deberes y traba la libertad política del príncipe. Entre la Iglesia y el Estado, Maquiavelo escogió sin titubear: Hay que desarmar al Papa para rearmar al príncipe.
La política maquiavélica no debe considerarse una política sin moral. Es una moral que se adapta a la política y que, al liberarse de la religión, permite desarrollar la política moderna.
Han pasado 5 siglos y la astucia de la Iglesia le ha permitido reinventarse. “Habemus Papam”…el “Emérito” y el “Elegido”. Este último, un joven dentro del “Frente de Juventudes” que se reunió en la Capilla Sixtina y que tiene una complicada tarea por delante.Mark de Zabaleta