«¡Qué tengan miedo!, es la única forma de que lo acepten», así se despacha Rick, uno de los personajes principales de la serie «The Walking Dead» ante la tesitura de tener que conseguir que su grupo acepte algo que iría en contra de sus principios. Una estrategia tan antigua como el mundo, atemorizar a las masas para que acaben aceptando lo inaceptable, la manera de entender la política de la derecha desde que la sociedad se conformó como tal y el ejercicio habitual de las élites que gobiernan los designios de la Unión Europea.
El corralito parcial y el impuesto único fijado por la Unión Europea y el Gobierno de Chipre, nadie asume la responsabilidad pero ambos son culpables, es un ataque directo contra la esencia misma del propio proceso de integración europeo y raya en la chaladura ética a poco que se piense en la tamaña barbaridad que se estaba pretendiendo.
En un contexto económico de incertidumbre financiera no parece una buena idea el introducir nuevos parámetros de incertidumbre en la economía. Hasta ahora la Ley europea garantizaba, he dicho garantizaba, los depósitos de hasta 100.000 euros. Pues bien, de la noche a la mañana, se ha decidido que se les puede gravar con un impuesto ad hoc, rompiendo claramente las reglas del juego y enviando un mensaje claro de improvisación a los mercados, que, como no podía ser de otra manera, seguirán castigándonos.
De la misma manera, la imposibilidad de disponer del dinero bancario por parte de los ahorradores es un crimen, sí, digo crimen, que sólo tiene cabida en Repúblicas, o Monarquías, bananeras (lo siento por Argentina, con la gracia de Dios). No se puedo predicar una cosa y la contraria al unísono, si nos vienen machacando desde la caída del bloque soviético con las benevolencias del libre mercado, más o menos libre, ahora no pueden perpetrar un ataque flagrante contra la libre circulación de capitales tan cacareado durante años.
La sensación es que la improvisación es la norma y que se carece de un plan estratégico adecuado para la recuperación de la economía en la zona Euro. La cuadratura del círculo de las cuentas públicas tiene dos polos contrapuestos, los gastos y los ingresos. De nada sirve recortar en gastos sin apostar por los ingresos, ya que lo único que se consigue es mantener el «gap» generando un escenario depresivo de consecuencias impredecibles. Nadie quiere ser agorero, ni los tiempos son los que eran, pero no deberíamos de olvidar nuestra historia y recordar con claridad meridiana lo que sucedió en los años previos a la 2ª Guerra Mundial.
De la misma manera, la actuación de la Unión Europea en el rescate de Chipre vuelve a poner de manifiesto una realidad que todos conocíamos pero ante la que seguimos sorprendiéndonos, por esa capacidad innata del ser humano para tropezar dos veces, y las que sean menester, con la misma piedra. Una realidad de tintes dramáticos: A los políticos los ciudadanos les preocupamos una mi…migaja de mendrugo del día anterior.