Los responsables de la central nuclear Almaraz II, en Cáceres, pararon ayer manualmente el reactor, y notificaron el incidente al Consejo de Seguridad Nuclear (CSN), según informa este organismo en un comunicado. El suceso no ha supuesto ningún riesgo para las personas ni el medio ambiente, según el CSN, pero grupos ecologistas lo han calificado como “grave”.
A las 11h36 de ayer se produjo la parada manual del reactor de la central nuclear Almaraz II, en Cáceres, debido a un incidente ocurrido durante una de las pruebas realizadas en la bajada de carga para la parada por recarga. La empresa que gestiona el centro informó al CSN del suceso, siguiendo el procedimiento reglamentario.
Los responsables de la central informaron de que, dentro del proceso previsto de bajada de carga de la Unidad II de la central y como punto de arranque de los trabajos de recarga, se contemplaba la realización de diferentes pruebas para verificar el funcionamiento correcto de la unidad.
Al realizar una de las pruebas, la que implicaba la parada de una de las turbobombas de agua de alimentación, se detectaron oscilaciones en el sistema de control de barras, por lo que se procedió a la parada manual del reactor, adelantando de esta forma el inicio de la recarga en cuatro horas.
«Esta circunstancia no ha supuesto riesgo alguno ni para las personas trabajadoras, ni para el entorno, y la central se encuentra en proceso de enfriamiento para iniciar los trabajos de recarga», informan sus responsables.
Suceso “grave” para los ecologistas
Por su parte, Ecologistas en Acción ha remitido un comunicado a los medios denunciando “esta nueva avería, que ha provocado grandes vibraciones en el combustible, y que se suma a los problemas que ya tiene la central de Almaraz II”.
Como resultado del fallo en la turbobomba, que se encarga de hacer circular el agua que refrigera el núcleo del reactor, el sistema de sujeción de las barras de control de la central sufrió “grandes” vibraciones, “y este hecho disparó todas las alarmas en la central por tratarse de fallos de dos sistemas vitales para la seguridad del reactor”, señalan los ecologistas. “Por un lado la turbobomba que se encarga de extraer el calor del reactor, permitiendo obtener energía y evitando el daño grave al reactor, y, por otro, las barras de control que sirven para detener la reacción nuclear”.
Para Ecologistas en Acción se trata de un hecho “grave” porque aparecen simultáneamente problemas en dos elementos vitales para la seguridad de la central. La asociación considera que se trata de un incidente de nivel II y solicita que se realice una investigación.