Es evidente que tal y como se están poniendo las cosas hace falta disponer de una gran dosis de vocación, honestidad y profesionalidad para ser juez y no caer en el empeño.
El juez Elpidio José Silva PachecoEn este país el intentar “empaquetar” judicialmente a los poderosos, se está convirtiendo en algo tan difícil como peligroso, aquel juez que pretenda llevar a buen término esa máxima de que “el que la hace la paga” se está poniendo en el punto de mira de los corruptos y de aquellos que no les interesa que la corrupción se castigue por motivos que por sabidos no voy a señalar aquí y ahora.
Después del “primer” aviso que se dio a los miembros de la judicatura con la “colleja” que le dieron al juez Baltasar Garzón, los que se encargaron de llevar a cabo tan “brillante” acción seguramente pensaron que como muestra bastaba un botón y que en el futuro ningún juez se atrevería a meterse con los poderosos tanto en el terreno político como en el económico. Se equivocaron. Afortunadamente hay jueces que se la “juegan” y que intentan poner un poco de orden y decoro en esta especie de sociedad a la que algunos desaprensivos, embaucadores, mentirosos y ladrones quieren convertir en una comunidad putrefacta donde ellos puedan moverse a sus anchas.
Estamos asistiendo a situaciones verdaderamente vergonzantes y hace poco veíamos como al juez Javier Gómez Bermúdez, se le retiraba del “caso Bárcenas”, medida en la cual tuvo que ver mucho la Fiscalía y la Audiencia Nacional. Está claro que el motivo no era otro que el evitar que este juez pudiera meterle el dedo en el “ojo” a algunos y esto era algo que no se podía consentir. A este juez está claro que se la tenían jurada al no plegarse a las exigencias de algunos que pretendían que en el juicio del 11M Gómez Bermúdez dictaminara que el atentado fue obra de ETA cuando hasta el español más simple sabía que era obra de los terroristas islámicos. Esos “algunos” eran los mismos que entre el 11M y el 14M le estuvieron mintiendo a los españoles sobre quiénes eran los autores de tan criminal atentado. Al final se salieron con la suya y el juez Gómez Bermúdez, fuera apartado del caso Bárcenas.
Ahora le ha tocado al juez Elpidio Silva, que ha estado investigando, ahora ha sido suspendido temporalmente por la recusación, al expresidente de Caja Madrid, Miguel Blesa, y al cual ha metido en la cárcel sin fianza. La presión sobre este juez ha llegado hasta el punto de meterse en su vida privada aireando cosas tales como que fue desahuciado por impago del alquiler, cuando la realidad es que este juez estuvo conviviendo con una mujer y al final decidió marcharse del domicilio quedándose en él la que fue su pareja que no pagó el alquiler, pero comoquiera que el contrato estaba a nombre del juez, el dueño de la vivienda, lógicamente, actúo contra él para proceder al desahucio. Pero lo más sangrante del caso es que la Fiscalía, esto de la Fiscalía ya va siendo escandaloso, no olvidemos lo de Gómez Bermúdez y lo de la Infanta Cristina, poniéndose de parte de los sospechosos, algo insólito pero así es. En el caso de Blesa la Fiscalía ha amenazado, no sé si lo habrá hecho ya, con presentar una querella contra el juez Elpidio Silva por encarcelar al exbanquero. Esto ya es el colmo de los despropósitos.
En cuanto al juez Pablo Ruz, el que instruye el caso GÁ¼rtel y el caso Bárcenas, de momento no se están metiendo con él, y digo de momento, por que ya se ven movimientos extraños en el PP y en la caverna mediática que le apoya que ponen de manifiesto que no están muy de acuerdo sobre cómo lleva el juez Ruz ambos casos, pero es muy posible que como se da el caso de que la instrucción de los dos mayores escándalos de la democracia va un poco lenta, por lo visto el juez Ruz no quiere que cometer algún error que pueda echar abajo todo su trabajo, y esa lentitud puede hacer posible que para el próximo mes de septiembre no esté acabado y es precisamente en dicho mes cuando el juez Ruz cesaría ya que está interinamente en el cargo y se daría la circunstancia de que la investigación la tomaría otro juez con lo cual la cosa se podría alargar unos cuantos años más hasta salir a juicio. Por eso no tienen prisa en proceder a su acoso y derribo.
En fin, es de resaltar el interés que se toman “algunos” por ponerles palos en las ruedas a todos los jueces que quieren cumplir su cometido con honestidad y con profesionalidad. Pero estos jueces por los visto son muy “tercos” y no “escarmientan”.