Karma

Una luz en la niebla del mundo

Asistimos a una nueva muestra del  declive general  del mundo materialista. Detroit es un ejemplo palmario de lo que va a seguir sucediendo, pues existe una ley universal que se pretende ignorar: que sociedades basadas en el egocentrismo  se oponen a la ley universal del amor, del dar y recibir desinteresados, y por ello  no pueden perdurar. El deseo de ser ricos, convertido en fanatismo y  en política económica acaba con la propia riqueza y el bienestar general. Por eso Detroit es todo un símbolo. Y este no es un caso aislado de lo que sucede en este mundo, como vamos a ver, sino parte de un conjunto, pues nada sucede por separado.

Del mismo modo que el deseo sexual acaba frecuentemente en una relación de pareja, y al acabar el deseo  se convierte a  menudo en verdugo de la pareja misma; el deseo de poder, convertido en religión, es el verdugo de la espiritualidad al igual que convertido en política -y a menudo con la excusa de la libertad- termina con las libertades.

Es sin embargo alrededor de estos deseos –sexo, religión, poder- donde la mayoría de nosotros asentamos nuestra relación en el mundo a través de instituciones, ritos y ceremonias, donde cada uno de esos pilares traiciona su esencia, por lo que el amor es sustituido por sexo y convertido en matrimonio; la espiritualidad, por religiones y rituales; el deseo de poder por jerarquías de poder, y convertido en Estados e Iglesias; el deseo de Justicia por instituciones de Derecho, y así sucesivamente.

Ante los deseos innobles por los que se rige el entramado social, los que aman  la verdadera libertad están contra las instituciones y gobiernos  que las ahogan; los amantes de la Justicia chocan contra el Derecho; los que aman son altruistas;  los que buscan a Dios se alejan de las Iglesias, y así sucesivamente.

En este mundo, sin embargo, los deseos innobles encuentran un gran eco: ahí están los Estados y las instituciones financieras, religiosas y militares para demostrarlo. Con su intervención negativa, el mundo está sumergido en una espesa niebla. ¿Qué luz puede guiarlo? Estimo que únicamente la luz original de todo aquello que ha sido convertido en su propio sucedáneo: el amor, la espiritualidad, la religión íntima, la Justicia, y así sucesivamente. Pero ¿dónde se encuentra esa luz? Desde luego que los que dirigen nuestras sociedades en cualquiera de sus aspectos no solo no quieren saber nada acerca de la luz de la verdad, sino que les repugna. Y no solo les repugna, sino que la combaten.

Cada día se  hace más evidente a los pueblos de esta Tierra que políticos, clero, banqueros, multinacionales y en general el mundo de los ricos, están muy lejos de poseer esa luz que guíe al conjunto, a no ser hacia su propio abismo.  Y cada día, aquí y allá, los pueblos de la Tierra  se manifiestan contra ellos expresando su repudio, porque no están dispuestos a ir hacia los abismos que  les programan: pobreza, desempleo, desigualdades, recortes de derechos sociales, educativos y sanitarios y un largo etc. Así que muchos  se sublevan contra los que ya  consideran desprovistos de autoridad moral y del  derecho a representarles, a quienes ven únicamente como clanes de poder protegidos por uniformados; más uniformados cuando menos autoridad.

Los clanes de poder atentan contra nuestras condiciones de existencia. Es por esto que a pesar de sus uniformados y sofisticados instrumentos de muerte, la oposición de los pueblos no tiende a menguar con las medidas represivas de los gobiernos, las mentiras mediáticas y las de los pulpitos y cátedras, ni con las falsas promesas sobre un futuro de progreso, trabajo y bienestar. Lo mismo sucede cuando vemos que los templos se vacían porque sus curas mienten sobre lo que ocurre tras la muerte, aunque vendan también  paraísos futuros o rebajas de estancia en “su” Purgatorio para quienes acudan al cura o hagan lo que dice “su” Papa.

La niebla del mundo, sin embargo, expresa a la vez  la niebla de la conciencia de cada individuo de  la humanidad. De esta niebla solo es posible salir con una guía fiable, la de quien posea la Luz.. Y si no la poseen quienes dirigen el mundo, ¿quién entonces?..

Aquellos que proclaman la verdad en todas las épocas son maldecidos y  despreciados, por las masas todavía cegadas, como en el Mito de la Caverna de Platón.  ¿Estamos estamos condenados a vivir de mal en peor en la esclavitud a la que somos conducidos a pesar de haber perdido la fe en los conductores?

Cristo aclara (*): “Así sucedió en los siglos pasados: los Míos fueron atormentados y matados.

Lo que fue, continúa. Son siempre los mismos lobos en piel de oveja los que vienen a este mundo con  su hambre de poder. Además, quieren apagar la luz de Cristo, que les es una espina en el ojo, y para ello abusan de Mi nombre. Podéis escuchar sus aullidos cuando los mensajeros de Dios ponen ante sus ojos las obras satánicas que –como ellos incluso afirman- han cometido en Mi nombre.

Comprended: antaño los mensajeros de Dios fueron atormentados, martirizados y matados. En el tiempo actual (1989) son calumniados, ridiculizados, escarnecidos y se hace burla de ellos. Los verdaderos cristianos son ahora perseguidos con otros medios y métodos, mediante calumnias en los medios de comunicación que llaman prensa, radio, etc. Detrás de estos están los que se sienten amenazados por la verdad, es decir, los representantes de las Iglesias,, los párrocos, sacerdotes y los llamados encargados de examinar las sectas, e igualmente los llamados políticos, periodistas y reporteros- y todos los demás que les dan crédito-. También en el tiempo actual muchos hombres y mujeres justos son odiados porque Me siguen a Mí, Cristo- por los que se llaman cristianos.

Comprended: tal como fue en todos los tiempos, sigue siendo en la transformación del viejo mundo pecaminoso al Nuevo Tiempo. Muchos hombres hablan de Mí, el Cristo. Sin embargo, si les alcanza un pequeño soplo, por ejemplo una calumnia, cambian de opinión y Me traicionan. Por miedo a perder su vida terrenal, su prestigio y sus puestos, se traicionan y se odian también mutuamente.

El que viene de las tinieblas interviene con los más variados métodos en los asuntos de los pueblos e instiga a unos pueblos contra otros. Esto es posible porque los pueblos están desunidos. Los pueblos se ven como enemigos entre sí  y desarrollan agresiones y miedos ante el futuro. Todo esto es atizado una y otra vez por los que vienen de las tinieblas, pues quieren mantener en movimiento a las masas. Luego vienen como falsos profetas y se presentan como portadores de la salvación, atan a los hombres a su “mensaje” y a su persona, pero no les orientan hacia Mí, el Cristo.

Durante la transformación del viejo mundo pecaminoso al Nuevo Tiempo, el tiempo de luz, el que viene de las tinieblas ataca en un amplio frente. No obstante, ¿quién puede a la larga hacer frente a la luz? Ningún hombre, ni tampoco alma alguna, ningún poder oscuro – tampoco aunque abuse de Mi nombre y se oponga a los verdaderos cristianos.-La Luz, que Yo Soy, es más fuerte.

Comprended: Yo Soy la Luz del mundo que no está atada al tiempo. La Luz traspasa espacio y tiempo y lo hará todo nuevo”.

(*) “Esta es Mi Palabra, el Evangelio de Jesús,  la   manifestación de Cristo que el mundo no conoce”. Edit. Vida Universal

Sobre el autor

Jordi Sierra Marquez

Comunicador y periodista 2.0 - Experto en #MarketingDigital y #MarcaPersonal / Licenciado en periodismo por la UCM y con un master en comunicación multimedia.