EL CRISOL – Pascual Mogica Costa
“Feliz, feliz en tu día, amiguito que Dios te bendiga, que reine la paz en tu vida….” Me he acordado de esta canción de los célebres payasos Gaby, Fofó y Miliki al leer la conversación telefónica que Álvaro Pérez, conocido como el “Bigotes”, mantuvo con el presidente de la Generalitat Valenciana, Francesc Camps, y con la esposa de éste.
He recordado esta entrañable canción al leer que en aquella conversación Camps, le decía a Álvaro Pérez: “Feliz Navidad, amiguito del alma”. Resulta que al propietario de Orange Market, a Álvaro Pérez, nadie le conocía en el PP y ahora nos encontramos con que son “amiguitos del alma” y que además Álvaro Pérez conoce muy a fondo a la esposa y a la hija de Camps, las cuales, según se desprende de la conversación, al igual que Camps, también por parte de Pérez, tuvieron su regalo navideño. Es evidente que los “amiguitos del alma” no se hacen, o nacen, por generación espontánea, eso se consolida a través de mucho tiempo de relación personal entre las partes. Porque para decirle a alguien, como Camps, le dijo a Pérez: “…ya lo sé, pero sobre todo para decirte que te quiero un huevo” eso no se le dice a uno que ni tan siquiera conoce como decían en un principio. El aprecio y la estima y sobre todo el llegar a querer a otra persona “un huevo”, así de sopetón, solo se produce cuando uno conoce a otra persona de diferente, o del mismo sexo, y se da aquello del “flechazo”.
Hace falta ser muy amigos para decirle, como Camps le dijo a Pérez en esa conversación: “Perdona, ¿durante muchos años? No, hijo de puta, durante toda la vida. Ja, ja…” No se le llama “hijo de puta”, aunque sea en tono cariñoso, a nadie si no existe un vínculo de amistad muy fuerte y ya digo esto no se reafirma en unos días.
De todos modos está claro que entre “amiguitos” anda el juego.