Unión del Pueblo Navarro ha propuesto que en la reforma de la Ley del Aborto que el “progre” Gallardón está llevando cabo, se incluya el que cuando una mujer decida abortar se le muestre una ecografía en la que se pueda ver al feto, todo ello en un claro intento por crear mala conciencia y apoyando su petición en que lo que pretenden es defender al más débil. La verdad es que cuando uno lee o escucha a estos políticos “defensores de la vida” le entran unas ganas enormes de castigar su cinismo y de gritarles que son unos impresentables que solo merecen que se les eche de la política dándoles una patada en el trasero. Creo que la humanidad no perdería mucho. Desde el Partido Popular con el mismo cinismo y la misma desfachatez con que mienten al decir que los pensionistas no perderán poder adquisitivo al aumentar las pensiones en un 0,25% y que los salarios no han bajado en España cuando en los tres últimos años han mermado más de un 7%, mienten también al afirmar que esta reforma de la Ley del Aborto beneficia a las mujeres.
La mayoría de los españoles tenemos muy claro que lo que pretende Gallardón con su reforma es que se vuelva a la época del aborto clandestino y que las mujeres sufran las terribles consecuencias que comportan un riesgo extremo para su vida por este tipo de práctica abortiva y que por ello vuelvan a verse amenazadas con sufrir penas de prisión.
A mi toda esta gente que sale a la calle para manifestarse contra la actual Ley del Aborto pero que no lo hizo, la mayoría de ellos, para protestar contra la guerra de Iraq, la verdad es que me da nauseas. Su defensa de la vida pretende ir más allá del derecho de la mujer a decidir qué es lo que quiere hacer con su cuerpo y sobre lo que ella cree pueda ser mejor, Lo demás les importa muy poco. En cuanto a esos políticos “defensores de la vida” yo, para despertarles la conciencia, la buena, lo que les mostraría son las fotos de los grandes cementerios de Normandía en Francia donde hay sepultados miles y miles de jóvenes soldados y les mostraría las fotos de las ciudades bombardeadas por uno y otro bando en la Segunda Guerra Mundial, ciudades como Dresde o Coventry que fueron arrasadas por haber sido bombardeadas con bombas de fósforo y otros artefactos de alto poder destructivo y que produjeron decenas de miles de civiles muertos. También les mostraría imágenes de cómo quedaron Londres y Berlín y otras muchas poblaciones tanto inglesas como alemanas donde también los muertos se pudieron contar por cientos de miles. O que vean las fotos de los bombardeos sobre Tokyo donde murieron 100.000 civiles. O las de Hiroshima y Nagasaki y comprueben como quedaron, bueno, no quedaron, desaparecieron, estos dos ciudades y con ellas centenares de miles de muertos. En todas estas ciudades los heridos fueron incontables. Todas estas escenas deberían verlas los políticos antes de meter al mundo en una guerra. Aunque bien cierto es que los políticos que nos metieron en la Segunda Guerra Mundial, vieron las escenas de las terribles y sangrientas batallas del Marne, del Somme y de Verdún que tuvieron lugar en Francia durante la Primera Guerra Mundial y no hicieron ni puñetero caso de ellas. No se les “removió” la conciencia.
Sí, sí, que esos políticos cínicos e impresentables, pero eso sí, “defensores de la vida”, vean las fotos y se lo piensen mejor a la hora de manifestarse sobre el derecho a la vida. Muy posiblemente nos hubiéramos evitado más de una guerra. Porque son los políticos, no los militares ni mucho menos los civiles, son ellos, los políticos, los que, sin temblarles la mano, deciden que hay que ir a la guerra, convirtiéndose en dueños de vidas y haciendas. Estas actitudes son tan reprobables como vergonzantes.