Sociopolítica

Un cambio de estrategia ante la marihuana

Despenalizar la marihuana

Que el presidente de Estados Unidos, Barack Obama, dijese en una reciente entrevista que la marihuana no es más peligrosa que el alcohol o el tabaco, demuestra que la despenalización y la legalización de esa droga ha dejado de ser un tema tabú en las altas esferas políticas, incluso en el país en el que hace cuatro décadas se inició la llamada “guerra contra las drogas”.

No deberíamos encerrar en la cárcel a jóvenes o individuos por largos periodos de tiempo por consumir marihuana cuando los que han escrito las leyes probablemente hayan hecho lo mismo”, señalaba Obama. Uno de los principales problemas asociados al consumo de marihuana en Estados Unidos son las desproporcionadas penas y la manera en que éstas afectan con más dureza a minorías como la negra y la hispana, además de a personas de bajos recursos.

Foto: r0bz

En 1982, el entonces presidente de Estados Unidos, Ronald Reagan, decidió dar un carácter militar a la guerra contra las drogas emprendida una década antes por Richard Nixon. Entre 1982 y el 2010, Estados Unidos gastó un billón de dólares (un millón de millones) en la guerra contra las drogas, según un estudio de Associated Press. Esto incluye esfuerzos fronterizos para interceptar sustancias, el financiamiento de guerras contra el narcotráfico en Afganistán, México y Colombia, el arresto, enjuiciamiento y encarcelamiento de personas por delitos relacionados con la droga, incluidos los no violentos, y las campañas de marketing de programas de abstinencia y mensajes como el “Simplemente di no”, que hizo famoso la primera dama Nancy Reagan.

La guerra contra las drogas se globalizó. Sin embargo, entre 1998 y 2008, el uso de opiáceos en todo el mundo se incrementó en 34,5%, el de cocaína en 27% y el cannabis en un 8,5%, según la Comisión Global de Políticas de Drogas, un grupo formado por 22 personalidades tan dispares como los premios Nobel Mario Vargas Llosa y Gabriel García Márquez, el ex secretario general de la ONU Koffi Annan, y ex presidentes como el mexicano Ernesto Zedillo, el chileno Ricardo Lagos o el colombiano César Gaviria, quienes  concluyeron en un informe de 2011 que la guerra contra las drogas ha sido un rotundo fracaso con devastadoras consecuencias para individuos y sociedades en todo el mundo.

La guerra contra el narcotráfico no ha disminuido el consumo, y además ha creado un lucrativo mercado negro que alimenta a poderosas y sanguinarias organizaciones criminales, contribuye a la corrupción de funcionarios, a la putrefacción de instituciones y, lo que es más trágico, unos niveles de violencia sin precedentes que dejan decenas de miles de muertos cada año en muchos países de América Latina.

Desde la publicación del informe de la Comisión Global de Política de Drogas, la despenalización o legalización de la más blanda de las drogas duras, la marihuana, ha dejado de ser un tema tabú para los dirigentes mundiales. Varios mandatarios, como el presidente de Colombia, Juan Manuel Santos, han propuesto un debate global sobre la marihuana. Incluso la ONU, cuya Convención Ášnica sobre Estupefacientes data de 1961, tiene programada una cumbre ministerial a principios de 2016 para evaluar el marco regulatoria global sobre las drogas.

Según una encuesta de Gallup, 58% de los estadounidenses están a favor de despenalizar el cannabis. En 1961, sólo un 12% apoyaba esa idea. Lo que parece estar en discusión ahora es cómo se puede llevar a cabo sin provocar otros males como un repunte en el número de consumidores o adictos.

Ya hay ejemplos, pero falta ver los resultados. Ámsterdam ha dejado de ser una gota de agua en el desierto. Los estados de Colorado y Washington legalizaron por completo la marihuana en 2012 y a ellos se podría unir Alaska, que celebrará en agosto un referéndum sobre la legalización. Otros 21 estados de Estados Unidos y el Distrito de Columbia la han despenalizado o autorizado su venta con fines médicos.

Y lo que hasta hace poco parecía imposible, que un país legalizara la marihuana, se hizo realidad en diciembre pasado en Uruguay, donde el gobierno se encargará de controlar la producción, distribución y venta. Una fórmula que se va a seguir con atención en todos los países del mundo, y especialmente en América Latina.

Sobre el Autor

Jordi Sierra Marquez

Comunicador y periodista 2.0 - Experto en #MarketingDigital y #MarcaPersonal / Licenciado en periodismo por la UCM y con un master en comunicación multimedia.