En estos calurosos días de comienzo de mayo de 2009, la prensa nacional nos deleita con los asuntos del nuevo imperialismo judicial de la Audiencia Nacional. Mientras duerme el sueño de los justos la investigación de un «chivatazo» policial a ETA para que unos terroristas evadiesen una detención, nuestros jueces más famosos se dedican a buscar criminales por el mundo, como si no tuvieran otra cosa que hacer.
El contexto de la Justicia española presenta cientos de miles de asuntos judiciales «en el aire» y una sensación de ineficacia e impunidad para los infractores de la ley. Para el caso de la Audiencia Nacional, además, la prensa nos proporciona múltiples ejemplos de incuria en la persecución del delito, adobados con muchísimas detenciones que no llegan a traducirse en condenas más que en muy pocos casos. Y es entonces cuando acontece la entrada triunfal de Garzón, Moreno o Pedraz en una monomanía por una administración de justicia universal, más propia de un «comic» para adolescentes que de jueces y magistrados con ganas de hacer bien su trabajo.
Imaginen el susto del Gobierno de la República Popular de China, a tres de cuyos ministros , incluido el de Defensa, Lian Guanglie, imputa el juez Santiago Pedraz de crímenes contra la humanidad en la rebelión de 2008 en Tíbet. Si fuera verdad que la Audiencia Nacional pinta algo fuera de España, el militar chino se enfrentaría al menos a doscientas penas (una por cada muerte) de 15 a 20 años, por el delito de «lesa humanidad» del artículo 607 bis del Código Penal vigente, amén del resto de daños y tropelías acaecidos en la zona justo antes de la celebración de las Olimpiadas de Pequín.
Mientras esperamos que su señoría Pedraz aparezca con la pareja y el cabo en el puerto de Cantón, las autoridades chinas ya han dicho que se llaman andana y que si a Pedraz se le ocurre aparecer por su territorio le arrestarán inmediatamente por difamación y delitos contra la seguridad china. Afortunadamente para Pedraz y la melena mejor aderezada de la Audiencia (con permiso de las canas de Garzón), lo único que va a llegar al viejo Catay es una comisión rogatoria que se enviará a la papelera más próxima. Luego, habrá llamada a la Moncloa de algún funcionario oriental de segunda para poner firmes al Gobierno de España, cuya página web se encabeza con un inquietante título, «misterios», en lugar de «ministerios» (véase el enlace, al menos a fecha en que estas líneas se escriben).
También el juez Moreno se empeña en rizar el rizo jurisprudencial admitiendo a trámite una querella contra los responsables de que el franquismo de los años cuarenta dejase abandonados a los republicanos españoles ante el III Reich. La verdad es que como tengan que enjuiciar a Franco y a otros difuntos para llegar a la conclusión de que a los muertos no se les puede encarcelar, las carcajadas van a llegar más lejos que las de Ben Laden al saber que Garzón ya emitió una orden de detención contra él (dictada en septiembre de 2003 -ya ha llovido- ).
En definitiva, se engrosa la lista de los perseguidos por los «justicieros globales«, y al tiempo la Audiencia demuestra su incapacidad para hacer frente al narcotráfico y el terrorismo. A continuación, una breve lista de los «malos de la película«, oficiales y extraoficiales, vivos y muertos, que componen el bendito ocio de la Audiencia Inter(Nacional) y que no serán nunca condenados por la pandilla garzonita:
-George Walker Bush y los responsables jurídicos de Guantánamo.
-Algunos de los presos del propio Guantánamo (por ejemplo el «moro» español, Abdelrahman Ahmed, alias «Hmido«).
-Desde el otro lado de Guantánamo, Fidel Castro y Gobierno (aunque Garzón aquí, rechazó actuar contra ellos).
-Videla, Viola, Galtieri y otro 98 militares argentinos.
-María Estela Martínez de Perón.
-Augusto Pinochet Ugarte.
-Osama Ben Laden, El Zarqawi, el Majdi y tropecientos miembros de Al Qaeda.
-Ehud Olmert, Benjamin Ben-Eliecer, Ehud Barak y Tzipi Livni.
-Franco y 44 miembros del Ejército español y del Movimiento Nacional.
-José María Aznar López.
-Lian Guanglie (ya citado arriba) y otros ocho miembros del Gobierno chino (por los hechos del Tíbet).
-Otros miembros del Gobierno chino (por la persecución al grupo «Falun Gong» ).
-Efraín Ríos Montt y otros miembros de su administración (Guatemala).
-Alfredo Cristiani y otros ex presidentes y cargos de El Salvador.
-Teodoro Obiang Nguema y otros políticos de Guinea Ecuatorial.
-40 militares y políticos ruandeses.
-13 altos cargos marroquíes por violaciones de derechos humanos de los saharahuis (estos que esperen sentados si creen que los jueces-cómicos- de- la- legua van a hacer algo).
Y muchos, muchos más… El Imperialismo judicial nunca duerme, sólo sestea.