A 5 años y 10 mese de prisión fue condenado por un tribunal de Estados Unidos un expresidente (Alfonso Portillo, Presidente de Guatemala, 2000-2004, cogobernando  con el Frente Republicano Guatemalteco –FRG-,  del general EfraÃn RÃos Mont). El expresidente Portillo utilizó el sistema Bancario de Estados Unidos, España, Francia, Gran Bretaña y otros paÃses para lavar dinero que habÃa robado del erario de su paÃs.
Poco antes habÃa sido declarado inocente por el corrompido sistema jurÃdico guatemalteco, y luego de ser extraditado a Estados Unidos se declaró culpable de haber “tomado†2.5 millones de dólares que pasaron por los bancos de Estados Unidos y circulado en bancos españoles, franceses y de Gran Bretaña, depositándolos a nombre de su exesposa e hija. .
La cuestión, aparte de la condena a un expresidente, confeso ladrón, que ahora es esperado en Guatemala antes de los siguientes comicios para que participe en alguna candidatura –un sistema electoral y de aplicación de la justicia decidamente débil o corrompido- en una sociedad moralmente derruida que permite participar a un delincuente confeso – y pocos años antes confeso asesino de dos jóvenes mexicanos-. Eso pinta el endeble sistema jurÃdico guatemalteco.
Originalmente se habÃa acusado a Portillo por el robo de 70 millones de dólares, pero al parecer la fiscalÃa norteamericana no pudo establecer la efectividad el paso de ese dinero por sus bancos, dinero que fue sustraÃdo de distintos recursos del Estado guatemalteco, principalmente de los fondos del Ejercito de ese paÃs, donde el hijo del general RÃos Mont, acusado de genocida, habrÃa participado.
Ahora bien, cabe la reflexión: Si el confeso ladrón del Estado de Guatemala, expresidente Alfonso Portillo logró pasar esas grandes cantidades de dinero en el sistema bancario estadounidense y europeo, los Estados de esos paÃses deben revisar su legislación y mecanismos de control, pues es de suponer que estos paÃses con funcionarios corruptos no dejan el dinero en sus paÃses sino que los hacen circular en bancos de distinto paÃses y luego pasan a disfrutar de ellos, y estos Estados han actuado como unos simples cómplices de estos delincuentes internacionales.
Se reafirma lo que se ha dicho: Los sistemas bancarios mundiales están estructurados para que los dineros mal habidos de corruptos, narcotraficantes y ladrones los hagan circular sin ningún problema.  Sencillamente cabe interrogarse: ¿Esa complicidad del sistema bancario podrÃa ser objeto, ahora o en el futuro de demandas para que paguen el grave daño que ocasionan a otros paÃses con su mal disimulada indiferencia a su conocida complicidad con los delincuentes internacionales?.
España, Francia y Gran Bretaña han visto pasar el dinero de Portillo y al parecer no han accionado contra este confeso ladrón.
Suerte tienen los delincuentes cuando el sistema bancario mundial cierra los ojos, y las bancas centrales consideran que parte de su recuperación viene eses excedentes que dejan en sus arcas estos ladrones.
Y la OCDE tan proclive a la investigación y la promoción de las buenas prácticas al parecer ignora este paradigmático caso.