¿Cómo se pueden disponer a capricho de nada menos que ciento dieciocho millones de euros y tras ser derrotados en unas elecciones? La lógica, la razón, la dignidad personal, la ética, la responsabilidad… nos dice bien a las claras que eso no puede ser posible… pero lo es; y lo ha hecho el defenestrado mandamás vasco, que ha tenido que entregar el mando por cuanto no ha tenido más remedio.
«El lehendakari derrotado, Juan José Ibarretxe, en su último consejo de gobierno, celebrado el pasado miércoles, a menos de una semana de ser sustituido por el socialista Patxi López, comprometió partidas por un montante de 118 millones de euros, entre las que destacan subvenciones a colectivos afines al PNV. Francisco Rubiales en Periodista Digital 06-05-2009».
Esto sencillamente es un robo autorizado de un dinero público, que se deriva a quienes deciden los ya derrotados y que como «ejército que huye»… se lleva como botín todo cuanto puede transportar; o sea lo de siempre… «el homo no ha cambiado; su panza y su bolsillo sigue siendo lo primero y caiga quién caiga».
Hablar de ética, de vergÁ¼enza, de dignidad, de responsabilidad… a estas alturas y en España (sálvese el que pueda) es perder el tiempo; el sistema se degrada cada vez más; las corrupciones y mangoneos de todo tipo y en todos los partidos, es algo que ya estamos no cansados o hartos… sino asqueados de saber tantas cosas que no entendemos, que no aceptamos pero que indefensos, se nos imponen por unas leyes a medida y que dejan no las manos libres a los que dicen gobernar, sino que les dejan hasta las garras para que arramblen con todo lo que puedan.
Decir que esto es una democracia… es igual que decir que los burros vuelan; aquí lo que existe (y lo escribí en 1983: «Cambiamos una dictadura por mil dictadurillas») son nidos de dictaduras y donde cada dictador hace lo que le viene en gana, puesto que para ello se hicieron leyes del embudo y es claro que la parte mas estrecha nos la dejaron para pagarla y soportarla la inmensa mayoría de indefensos súbditos, que no ciudadanos; que nunca lo fuimos ni lo somos en la actualidad y me temo que vamos a morir así; pues esto no lo regenera nadie… y menos los que se están beneficiando de este «potaje maloliente y corrompido».
Para mí está claro el sistema que soportamos, denomínese como se quiera (para mí: merienda de negros) y es el que unas determinadas personas que ocupan puestos desde medio pelo en adelante; siempre tienen asegurado la panza llena y el bolsillo repleto y gane quién gane las elecciones; por tanto no tienen que preocuparse de nada, simplemente manejarse bien «sin molestar mucho», para que los cargos vayan balanceando sus culos en múltiples poltronas, oficiales o no oficiales; pero ligadas al dinero público como las lapas se agarran a las rocas. Esto no es una política, esto es un negocio muy bien montado para que esas minorías y sus ayudantes, vivan de por vida del dinero público y mucho mejor que el resto de españoles que generalmente trabajan mucho más que ellos. Obsérvese igualmente el chaqueteo que hubo y que descaradamente se pasaron de Franco a lo siguiente y algunos han cambiado de chaqueta con la frecuencia que lo hacen algunos reptiles; y es que tristemente está todo claro y lo he dicho y escrito infinidad de veces… panza y bolsillo y nada más.
¿Hasta cuando aguantará todo esto?… mientras exista dinero para pagar a «los soportes necesarios» y que van desde a los múltiples enchufados y jaleadores de turno, pasando por los sindicatos obreros, empresariales, gremiales (todo está controlado como hacía Franco en su época) y demás estamentos oficiales… esto se eternizará, al igual que se eternizó Franco hasta que la muerte le llegó… pero este «seudo franquismo» (por lo parecido en tantas cosas) es como la mítica hidra… desaparece una cabeza y nacen otras nuevas, pero el sistema sigue igual. Y vengan días y vengan ollas.
Pobre España o lo que ya quede de ella.