El perverso orden del peculio y de la escasez.
“La economÃa moderna es dirigida. O la dirige el Estado o la dirigen los poderes económicos. Estamos en un mundo económicamente organizado por medidas polÃticas, y el que no organiza su economÃa polÃticamente es una vÃctima. El cuento de la división internacional del trabajo, con el de la libertad de comercio, que es su ejecución, es pues una de las tantas formulaciones doctrinarias, destinadas a impedir que organicemos sobre los hechos nuestra propia doctrina económicaâ€. Arturo Jauretche
José Hernández (1834-1886) como sabemos fue un escritor, representante máximo de la literatura gauchesca argentina, y por tal condición es que en el aniversario de su natalicio-10 de noviembre-se lleva a cabo homenajes, denominado el DÃa de la Tradición. Su obra cumbre “El gaucho MartÃn Fierroâ€, hoy nos ilumina como introito.
En concreto, nos guiaremos sobre una figura gauchesca descrita en “La vuelta de MartÃn Fierroâ€, segundo momento literario donde encontramos al personaje “El Viejo Vizcachaâ€.
El Viejo Vizcacha, protagonista que personifica al hombre de campo astuto, malicioso y al fin, un ladino de cuerpo y alma. Aquà presentamos nuestra querella, no negando la existencia de estos personajes, aún en la actualidad, entre los trabajadores del campo y de la ciudad. Más bien afirmamos que existen otros ladinos, por mucho más dañinos: El perverso orden del peculio y de la escasez, que fuera un invento de los ladinos de “arriba y no de los de “abajo†y que nos joden a millones y millones seres de carne y huesos en todo el mundo. ¡Estos sà que son los viejos Vizcachas!
Y pensar que al Viejo Vizcacha, al muy ladino, le indilgan la cualidad de ser un gran oportunista, capaz de lograr ventajas en cualquier ocasión de descuido valiéndose tanto del engaño como de la rapiña. Pudiera significar, en realidad, que estamos describiendo las acciones capitalistas sobre las mayorÃas expoliadas en todo el orbe.
Allà están los bancos y sus burbujas financieras, las deudas externas, el ajuste interminable, polÃticos corruptos, crisis sobre crisis constatando cuanto señalamos.
Debemos reconocer que los beneficiarios de la ciencia del perverso orden del peculio y de la escasez, denominada economÃa de mercado, son persistentes en sus argumentos fallidos y retrógrados ante el hecho ineluctable de que la era capitalista debe ser superada, está ante sus propios ojos y de millones y millones de seres.
Los economistas tradicionales creen y hacen creer ladinamente, sobre todo en la academia, que el modelo capitalista es eterno, cuando que en realidad se encuentra en su etapa decadente, producto de su entero desarrollo global. Las muletas del viejo ladino capitalista también están devastadas, exhaustas, son las persistentes crisis económicas globales.
La mentalidad ladina es reflejo vicioso adquirido del capitalismo. Se afincó en las mentes de los trabajadores en la época del nacimiento del capitalismo distorsionado argentino.
Los economistas del mercadeo consideran una utopÃa a la economÃa cooperativa y procuran permanentemente relegarla a una zona marginal de la sociedad, es más, tratan de asimilarlas a traves de los gobiernos como una polÃtica sensible y humanitaria, en realidad, defienden un orden social injusto y perverso que lleva a la especie humana al borde de su extinción.
La economÃa cooperativa constituye la creación humana más noble y útil socialmente capaz de suplantar al modelo capitalista de manera incruenta. La doctrina económica cooperativa posee los valores y principios que el mundo reclama para organizar con ellos el buen vivir y que, en conjunto con los conocimientos cientÃficos y técnicos alcanzados, nos permitan amigablemente arribar a ello.
¡En la fraternidad, un abrazo cooperativo!