Ya es hora de que el sentido común se anteponga a los disparates de algunos políticos con sus incongruencias, desatinos, ambiciones y daño que provocan en sus sociedades respectivas.
Y, cómo no, en Aragón, donde nuestros políticos no se deben dejar avasallar por las políticas mediatizadas del Gobierno Central, por intereses mutuos, porque restan y desprestigian la dignidad del Pueblo Aragonés. Deben mantener con firmeza políticas que impriman un avance permanente y no descuidar las ventajas a otras regiones limítrofes, permitiendo que anulen nuestro propio desarrollo estructural, como infraestructuras que nos conducen a crecer.
Porque, si no, no son dignos de representar a nuestro Reino, a la Corona de Aragón. ¿Nos hemos olvidado de eso? Otras regiones no lo han hecho, intentando usurpar tal derecho.
Siendo universales, llanos y con personas ilustres que han nacido en estas tierras austeras, nobles e históricas, los aragoneses debemos defender nuestro territorio y darle el valor que le corresponde.
Debemos protegernos y luchar contra los vándalos externos e internos que quieran destruirnos, porque Aragón es mucho más que sus tierras, gentes, gastronomía, cultura, climatología, historia… es Grandeza, debiendo recuperar, sin nostalgia, nuestras Raíces, la esencia de nuestros ancestros y el camino de la evolución.
Y, sobre todo, anular las audaces, pero, a la vez, nefastas e indeseables incursiones en nuestro territorio de intrusismos externos.