- Estamos en vísperas de un nuevo Gobierno, que se está zurciendo las costuras, tras las elecciones del 20D. Y nos hace falta hilo y, si no, preparemos los sobres para el 26 de junio.
El 2 de marzo, primer ensayo
Se ha silenciado la exigencia de “Cortes Constituyentes”. Lo primero es ahora coser lo que deshilachó la aritmética electoral. No obstante, la Constitución Española sí se puede (y se debe) cambiar.
Fue la de 1978 un importante pacto con el franquismo; ahora se trata de adaptarla a tiempos nuevos: globalización de capitales, cambio climático (universal consecuentemente); guerras y migraciones generales; necesario empoderamiento de la mujer; educación para un mundo sin fronteras; salud universal, que no sea objeto de consumo; democracia real participativa; España y sus gentes de naciones (idiosincrasia por clima, geografía, historia, lengua… propias); memoria histórica…
Tantas cosas que exigen que los Poderes, y en su virtud las Instituciones,cambien: Legislativo, Judicial, Gubernamental…
Y tú sabes más y puedes ampliar la lista: son los retos para 2016 y siguientes.
Un ejemplo. Dice la Constitución aprobada en 1978:
“La Constitución se fundamenta en la indisoluble unidad de la Nación española, patria común e indivisible de todos los españoles, y reconoce y garantiza el derecho a la autonomía de las nacionalidades y regiones que la integran y la solidaridad entre todas ellas”
¿Podría decir?
“La Constitución se fundamenta en la unidad del Estado español, patria común de todos los españoles, y reconoce y garantiza el derecho a la autonomía de las naciones, nacionalidades y regiones que la integran y la solidaridad entre todas ellas”.
Pregunto.