No creo que por el título de este comentario alguien pueda pensar que soy extremadamente radical, en absoluto, lo que ocurre es que he recogido las palabras de la vicepresidenta del Gobierno Soraya Sáenz de Santamaría, mediante las cuales ha dejado bien claro que se perseguirá a los políticos que gasten mal el dinero y al propio tiempo avisa de que “caerá el peso de la ley” sobre los que se comprometen sin tener fondos. Montoro, ha remachado el clavo y ha dicho que a estos se les pedirán responsabilidades penales. Por cierto, el presidente extremeño, del PP, ha dicho que por qué esto de lo penal no se hace con carácter retroactivo. Por lo visto se ha olvidado de Camps y de Gallardón. Claro que a la hora de la verdad todo esto queda en agua de borrajas. Los españoles estamos ya de vuelta de todo.
La realidad es que lo que me pide el cuerpo es exigir públicamente que los culpables de que la Comunidad Valenciana sea un caótico y escandaloso desastre económico y de desgobierno, es decir Zaplana primero y Camps después, sean llamados a capítulo, sobre todo el segundo, por quien corresponda porque los culpables de semejante ruina no pueden irse de rositas y encima seguir desempeñando cargos públicos como es el caso de Camps. Esta situación evidentemente es fruto del despilfarro llevado a cabo por estos dos personajes.
Recientemente el Consell con su nuevo presidente, Albert Fabra, al frente ha decidido llevar a cabo ciertos ajustes o recortes, el fin es el mismo se le llame como se le quiera llamar, y a los funcionarios de la Generalitat Valenciana les va a costar el tener que percibir 271 millones de euros menos y en lo que respecta a Sanidad el “ajuste” es de 440 millones lo cual sin duda alguna reportará consecuencias negativas para los usuarios, en esto de la Sanidad parece que han reconsiderado algunos de los recortes, ya veremos, en total estos dos capítulos suman 711 millones de euros. Es curioso, resulta que esta cantidad es menor de la que si sumamos los 700 millones de sobrecoste que se ha dado en la construcción de la Ciudad de las Artes y las Ciencia, los 150 millones que ha costado la construcción del “celebérrimo” aeropuerto de Castellón, que justo es reconocer que ha hecho historia al ser el primero aeropuerto sin aviones, los 30 millones que se han gastado en publicitar los servicios que NO presta este aeropuerto, los 35 millones anuales que cuesta su mantenimiento, y esto es lo más anecdótico: el medio millón que cuesta la contratación de un servicio de halcones que velan por un espacio sin aviones, por cierto, el aeropuerto tiene director, me pregunto de qué, y cobra 84.000 euros anuales. El costo mensual, sin funcionar, es de 300.000 euros Y la estatua de Carlos Fabra 300.000 euros. No me voy a extender en señalar más casos que demuestran el despilfarro y la actitud manirrota de Zaplana primeramente y Camps, que lo ha superado, después, pero todo eso asciende a la cantidad de 916 millones de euros. Si semejante “desmadre” económico no se hubiera producido muy posiblemente no se tendría que “tocar” el bolsillo de los funcionarios ni de recortarle servicios a los usuarios de la Sanidad Pública. Ejemplos comparativos como este se podrían poner muchos más, la Fórmula 1, la Copa del América, el costo de mantener Canal 9 que el gasto de mantenimiento dobla al de sus ingresos y donde hay 1.800 empleados que ahora se piensa rebajar a 500, lo que demuestra que en política de personal la gestión ha sido calamitosa, si lleváramos a cabo un cálculo de lo que cuesta mantener a 1.300 empleados que sobran creo que nuestra primera reacción sería la de “correr” a gorrazos al que ha cometido o consentido tamaño disparate, si todo esto se lo sumamos a los 915 millones resulta que no habría hecho falta este “tijeretazo” de 1.057 millones que ha decretado el Consell. Acabo de leer que el Consell quiere liquidar Ciegsa, la empresa pública que creó para construir colegios y abaratar su coste que por cierto ha sido al revés, su costo se ha duplicado y hasta triplicado, y el invento ha acabado con más de mil barracones-escuelas y con un considerable déficit en lo que a construcción de nuevos colegios se refiere y con una deuda, de Ciegsa, de 2.284 millones de euros. Después de comentar todo esto, la verdad es que se me queda mal cuerpo si no pido públicamente que a los causantes de tan tremendo desaguisado económico los metan en la cárcel, pero como he dicho no quiero provocar el que algunos me puedan tildar de radical, aunque otros seguro que pensaran que me he quedado corto. Lo que me ha impactado es la frase de Albert Fabra que ha dicho: “la Generalitat no tiene que arrepentirse de nada”. No, si la Generalitat como institución no ha hecho nada malo, quienes lo han hecho han sido los que tan mal la han representado. Por cierto, con este del endeudamiento de la Generalitat Valenciana y parodiando a Churchill, podemos decir que “nunca uno solo debió tanto dinero a tantos”.