Es mal de muchos; la comunicación suele fallar en las empresas por muy distintos motivos.
La comunicación corporativa es muy importante: hay que tener a los integrantes de la compañía informados de aquellas cosas que les afectan en mayor o menor medida.
Siempre echamos la culpa a la empresa y los responsables de la comunicación interna. Pero hoy voy a pasar a centrarme en el otro lado de la moneda: cuando el problema está en los receptores de la información. El encargado de emitir la información corporativa de cualquier área debe de analizar previamente cual es el mensaje que quiere transmitir para plasmarlo de forma clara, para que sea comprensible por la “audiencia” que lo va a recibir.
Tendrá que estar bien estructurado, con un mensaje claro y conciso y evitando en todo momento, una extensión excesiva. Todos sabemos que cuanto más largo es el mensaje, menos se lee. Sin embargo, en ocasiones, por la naturaleza del comunicado, este puede ser de una determinada extensión más larga.
Actualmente, todos solemos padecer el mismo mal: la escasez de tiempo. Pero esto no es excusa para no leer un comunicado. Siempre se puede hacer un hueco para la comunicación corporativa. Eso sí, por muy agobiados que vayáis, seguro que siempre tenéis tiempo para tomaros el café, fumaros un cigarro o consultar vuestro teléfono móvil privado. Es cuestión de la prioridad que queráis darle a las cosas.
No olvidéis que si la empresa hace un comunicado será porque haya varios aspectos que necesitéis saber. Es vuestra responsabilidad el estar informados o no.
El emisor de la información tiene el deber de hacer llegar la información de forma entendible por los receptores de ese mensaje. Eso sí, el emisor no puede responsabilizarse de que las personas a las que va dirigido el mensaje lo lean.
La “comodidad” y pereza es muchas veces el peor enemigo, que hace que muchos no lean aquellos mensajes que tengan más de un párrafo. Imaginaros que vosotros fueseis los encargados de enviar algún mensaje al resto de vuestros compañeros y no lo leyesen ¿Cómo os sentaría?
Pues, como os podréis imaginar, no os sentará bien, aunque por vuestra parte hayáis cumplido. Los receptores del mensaje tienen la obligación de leerse los mensajes de comunicación que se les envíen. El no leer la información no ayuda. Y lo peor es que aquellos que no suelen leer la información son los que más se quejan de la falta de comunicación en la empresa.
El desconocimiento de la información por voluntad propia no debe eximir de su cumplimiento. Si la empresa o los departamentos encargados os dan los medios para estar informados y no lo estáis, será responsabilidad vuestra.
Siempre es fácil responsabilizar a los demás de todo lo malo; sin embargo, también se deben asumir los errores cuando no se hace lo que corresponde. Es frecuente, también leer entre líneas el mensaje, omitiendo información importante que hace que entendáis mal el mensaje. Para hacer las cosas mal es preferible esperar un rato a que tengáis un hueco libre para poder captar el mensaje correctamente, dedicándole el tiempo necesario.
¿Por qué no leéis los mensajes? ¿Podéis quejaros de falta de comunicación si no realizáis vuestra labor en la misma?
Tenéis que cumplir vuestras obligaciones porque sino llega un momento que con este tipo de actitud haréis que paguen justos por pecadores haciendo que se tomen medidas drásticas y se acaben los derechos.
No podéis pretender que a vosotros se os tolere todo y posteriormente vosotros no toleréis nada a los demás; así no funcionan las cosas. Creo que antes de nada, deberíais analizar si a veces la comunicación también falla por vosotros.