El dos de Abril del año 1982, el ejército argentino, cree recuperar la legítima soberanía sobre las Islas Malvinas, a través de una invasión armada. A todas luces improvisada y suicida.
Sentimientos encontrados padecen siempre en mí para esta fecha. Lejos del repugnante eslogan chovinista y patriotero, sí ha sido, los de mi generación (1962-63), un acontecimiento que nos ha marcado a fuego.
Conozco (y conocí), compañeros, amigos y familiares que tuvieron participación involuntaria directa o indirecta en una guerra, sin consulta ni preparación para enfrentar, nada más y nada menos,que a la potencia más grande de entonces con sus aliados de la OTAN.
He visto y hablado con compañeros de trabajo, quienes luego de estas lides me contaban, casi en tono intimista, aquel «instante» del que debieron enfrentarse y/o padecer la refriega (o el hecho de estar en la zona de conflicto); lejos del arquetipo militarista, les marcaron a fuego una memoria traumática de esos intensos días. Estoy refiriéndome de aquellos «colimbas» (COrra, LImpie y BArra) de 19 años, que el «ejército argentino» bien preparaba para esos menesteres, como»subordinados» en tareas, generalmente de usos domésticos y particulares hacia sus superiores.
Sin embargo, la «inteligencia militar» argentina, no se traicionaría ,por ser estos peleles y descerebrados, acostumbrados a la gimnasia de la utilización de picanas y torturas como buenos cobardes y obedientes de sus Supra-superiores generales del imperio, hacia quienes respondían y oficiaban de ejército de ocupación bajo la llamada «seguridad nacional», con el objetivo de seguir imponiendo la política de expoliación económica y silenciando (a costa de sangría humana), cualquier cuestionamiento que se hiciese contra el régimen sanguinario jamás visto en nuestro País.
Los «chicos» de aquel entonces, al frente de una guerra inesperada y sin preparación alguna, han sido los UNICOS que mostraron valentía ante el hecho consumado, pagando con sus vidas los unos, y las secuelas para el resto de sus vidas otros…
Las Islas Malvinas pertenecen al territorio Argentino y, de eso no hay duda alguna. Del mismo modo, desde mi humilde opinión, debemos exigir que los ingleses y sus aliados abandonen la ocupación que sostienen por razones estratégicas y económicas ligadas al control y amenaza hacia el territorio continental sudamericano.
Mis respetos,(reitero: aquella generación 62/63) tanto a los que ofrendaron sus vidas en el campo de batalla; aquellos con sus comprensibles silencios de verdaderos combatientes ; los que pudieron dilucidar las atrocidades sufridas por parte de sus «superiores, confirmando también por sus relatos, la falta de preparación e inutilidad de la corporación institucional de las fuerzas armadas nacionales.
Nombro algunos allegados ex combatientes o movilizados en zona de conflicto:
Mi primo Andrés Omar Mugnolo ; mi amigo personal, Luis Mariñello; al compañero ferroviario de la línea Sarmiento (omito su nombre, quien al no poder seguir soportando su horrendo dolor de combatiente, decidió acallar el mismo en 1988…); mi primo Juan José, quien se presentó como voluntario una vez dado de baja en Febrero de 1982…a los que aún enfrentan estoicamente una parte de sus vivencias y, con quienes largas y solitarias charlas de aquellos episodios, solemos tener….
A las centenas de miles, de una generación que padeciendo los años adolescentes en dictadura, despertamos un día y sin aviso, en medio de un conflicto bélico…