A quien pueda interesar.
Ya pueden respirar tranquilos los funcionarios y trabajadores en general. Si antes existían dudas, ahora ya no queda ninguna.
La tranquilidad reina en nuestras mentes desde que ha quedado claramente demostrado que los representantes sindicales están completamente vendidos (por decirlo de una forma suave).
Que se pierden empleos de forma masiva, es lo que parece pero no. Que las empresas aprovechan para hacer ERES, no es más que un efecto óptico de los trabajadores. Que los trabajadores ven cómo sus derechos laborales van perdiéndose a gran velocidad, es que no tienen capacidad de adaptación. Que no puedes pagar la hipoteca porque ya no hay sueldos en las familias, pues no se come y listo, que llega el verano y nos quejamos siempre del tipo.
No importa, tranquilos, los representantes sindicales liberados que votamos cuando trabajábamos nos defienden.
No sé si yo estoy sorda o es que esta vez no les oigo decir nada. Parece que el beneficio económico personal que están percibiendo en sus familias es lo suficientemente importante como para estar calladitos aceptando las decisiones políticas sin tener en cuenta a los trabajadores que les votamos.
¿No creen que es hora de cuestionarnos votar o no, en las próximas elecciones sindicales y a quién? Si están callados todos los que están, ¿no sería conveniente repasar esos nombres?
Si les concedemos a ellos el beneficio de la duda, ¿no es hora de que nosotros dudemos también de nuestros representantes?
Con representantes así, ¿quién necesita enemigos?