EL CRISOL – Pascual Mogica Costa
Hay días en los que lo mejor que uno puede hacer es aislarse de todo y en particular no leer las noticias que sobre el mundo de la economía se plasman a diario en los distintos medios de comunicación.
Hoy jueves, día 23, estaba escuchando la entrevista que Carles Francino, en su programa de la SER «Hoy por Hoy», le estaba haciendo al presidente de la CEOE, Gerardo Díaz Ferrán, cuando de pronto el entrevistador le pregunta al presidente de los empresarios españoles que tal le parecía el que el que fuera vicepresidente de esta organización empresarial, Juan Jiménez Aguilar, hubiera cobrado dos millones de euros por motivo de su destitución. El presidente de la patronal española se salió por donde pudo, pero a mí se me pusieron los ojos como platos por el asombro que experimenté cuando escuche tal cifra por una destitución, es decir: por un despido. De inmediato me vinieron a la memoria las innumerables veces en las que Juan Jiménez Aguilar, primero como secretario y después como vicepresidente de la CEOE, exigía flexibilidad en el mercado laboral así como el abaratar el despido, manda cojones la cosa, y mira por donde para los demás trabajadores por cuenta ajena, como lo era él, pedía un despido barato. En cualquier caso hay que reconocer el «altruismo» de Juan Jiménez Aguilar, al pedir para los demás y no para él. Lo de él era cosa aparte. Á‰l era un trabajador «especial».
Pero también me pasaron por la mente los entre 9 y 12 millones de euros que según los medios de comunicación percibió Manuel Pizarro, sí el mismo, ese que Rajoy llevaba de número dos y que iba a salvar la economía de España y por tanto de los españoles, y del cual nunca más se supo. Se los dieron al ser cesado del cargo que ocupaba en Endesa. Pizarro, salvó le economía, la suya, por que la caridad bien entendida empieza por uno mismo.
Y como no, también recordé aquel libro de Zaplana titulado «La España de las Oportunidades». Oportunidades para cuatro, claro. Estos dos Jiménez Aguilar y Pizarro, al cual se les ha unido Zaplana con ese cargo de tanta «responsabilidad» que le han dado en Telefónica, por donde ya pasó, en buena hora para él, Juan Villalonga, el compañero de pupitre de Aznar. Lo dicho, oportunidades para cuatro. Por cierto, habría que preguntarle al presidente de la confederación empresarial alicantina (COEPA), Modesto Crespo, si esto de Jiménez Aguilar y de Pizarro, entra dentro del contexto de esa «flexibilización» laboral que él tanto pide.