“El discurso ideológico de la globalización busca ocultar que ella viene robusteciendo la riqueza de unos pocos y verticalizando la pobreza y la miseria de millones”. Paulo Freire
“Hoy más que nunca necesitamos reflexión y militancia para que nuestro movimiento cooperativo rediscuta el enorme papel de responsabilidad histórica que nos toca vivir.Busquemos alternativas para detener esta avalancha neoliberal que cree que va a destruir la mente humana y hacer que nos devoremos unos a otros”. Meyer Dubrovsky.
La vieja Europa se retuerce en su propia contradicción de añoranzas de bienestar social y la actual crisis sobre crisis económica. España, Francia, Reino Unido han quedado al descubierto con sus falaces políticas de ajustes sobre ajustes ante la impactante Grecia y sus planteos transformadores con nuevos horizontes políticos. Alemania está perturbada.
Latinoamérica sabe mucho de recetas neoliberales, sus pueblos han sufrido lo indecible, puesto que pagaron un costo elevado que no resolvió el hambre, la miseria y todo tipo de infortunios sociales injustos.
Estas cuestiones sucintamente expuestas es una cosa conocida, pero a nuestro modesto juicio, no suficientemente debatida, quizás porque no se aprende la lección. Las políticas neoliberales no solucionan los problemas básicos de las personas de carne y hueso.
No tenemos vocación de tontos, sabemos que las políticas neoliberales enancadas en la denominación bonita de “globalización económica” han sido muy bien presentadas al mundo por sus principales interesados y promotores subsidiarios con un paquete de atrayentes incentivos de progreso, modernidad, y oportunidades sin igual.
Para tales fines se han servido de los poderosos medios de comunicación social incentivando más que nunca el individualismo. El capitalismo no funciona para millones y millones de seres.
Los sectores favorecedores de las políticas neoliberales presentan también a la globalización económica como un escalón superior y último de un proceso necesario en el devenir de la humanidad y en función a ello promueven la aceptación de estas formulaciones, sugestionando asumir actitudes mezquinas, egoístas, competitivas. Son sus subvalores imprescindibles.
He allí el plano de bifurcación de la hora actual. Anteponer resistencias firmes en nuestras cortezas cerebrales a esos subvalores neoliberales.
Adherirnos a los valores de solidaridad social, fraternidad, cooperación.
De tal modo podremos, en nuestras cabezas, abatir el avance neoliberal asumiendo conciencia cooperativa. Una conciencia que nos devuelva nuestra dimensión humana para dejar de ser simplemente mercancias de cambio.
Las cooperativas son empresas de propiedad cooperativa, en ese orden de entendimientos recordamos que poseen dos dimensiones de actuación, una es la fase económica y la otra es la fase organizativa social en procura de transformar el orden mundial.
Internamente presentan las cooperativas una estructura organizativa diferenciada, toda vez que sus miembros son propietarios cooperativos y así el fruto del esfuerzo colectivo es repartido proporcionalmente al esfuerzo y aporte realizado por cada quien, aniquilando la infame plusvalía. Fomenta una cultura organizacional y productiva social diferente: Nos muestra un mundo distinto al del hoy.
Es, precisamente, en el plano cultural en el que vencieron las ideas neoliberales. Nos han acostumbrado procesualmente a la rapiña, a la corruptela política, al manejo fraudulento de la cosa pública, al “no se puede” y verlo como normal y sin remedio. Nos re-colonizaron, nos han hecho proscriptos en nuestras propias tierras.
Nos negamos a tales desquicios, afirmados en nuestra concepción cooperativa, en nuestra visión doctrinaria, señalando que son los pensamientos sobre el hombre, la sociedad y la empresa las superficies donde se establecen las relaciones, y nosotros propiciamos relaciones humanas rechazando las relaciones entre cosas, de intercambios mercantiles.
Propiciamos restablecer relaciones solidarias y cooperativas para hacer la vida más humana y desterrar el peligro en ciernes, cual es la desaparición de la especie humana por contaminación tóxica, por hambrunas y depredación de la naturaleza.
¡En la fraternidad, un abrazo cooperativo!