EL CRISOL Pascual Mogica Costa
Ya está bien de aguantar cabronadas de algunos dirigentes políticos que mejor estarían callados y que si tuvieran un mínimo de dignidad y vergÁ¼enza deberían marcharse a sus casas.
Creo que a nadie se le habrá escapado la última de las desafortunadas frases a que nos tiene acostumbrada la presidenta de la Comunidad de Madrid, Esperanza Aguirre, pero por si acaso la voy a repetir. Esperanza Aguirre dijo el pasado lunes lo siguiente: “Hay que terminar con los subsidios, las subvenciones y las mamandurrias” . Esto de acabar con las mamandurrias lo dice una señora que lleva décadas mamando de la teta nacional y encima no tuvo el menor empacho en decir que tenía dificultades para llegar a fin de mes. Tal desafortunadas fueron sus palabras que de las declaraciones que hizo el citado lunes tanto la radio como la televisión dieran cuenta de las mismas en toda su extensión, pero la “nueva” TVE, en el telediario de la noche, obvió lo de los subsidios, las subvenciones y las mamandurrias. La verdad es que estas frases avergÁ¼enzan hasta a los dirigentes del Partido Popular, de ahí que la emisora de TV nacional, la emisora que se supone debe ser de todos los españoles y por tanto plural y abierta, no dijera nada.
Yo creo que ha llegado el momento en que los españoles le plantemos cara a esta clase de dirigentes, no tenemos el porqué aguantar sus velados insultos y expresiones que atentan contra la dignidad de los ciudadanos y no se debe consentir este ensañamiento con los españoles por parte de aquellos que nos quieren hacer creer que comemos y vivimos gracias a ellos cuando la realidad es que nos están llevando por el camino que conduce a la ruina, a la pobreza, a la miseria y al hambre. Ya está bien de aguantar cabronadas de algunos dirigentes políticos que mejor estarían callados y que si tuvieran un mínimo de dignidad y vergÁ¼enza deberían marcharse a sus casas, a esas casas que ellos hicieron grandes, cómodas y confortables gracias su paso por la política. Ya está bien, si los españoles recibimos subsidios y subvenciones es porque antes hemos cotizado a la Seguridad Social, al Fondo de Desempleo, al de Garantía y a la Formación Profesional y hemos pagado los impuestos, aquí nadie nos da nada. Pero según la señora Aguirre, hay que quitarle el subsidio a los parados y las subvenciones a todos aquellos colectivos de cualquier naturaleza, aunque a los primeros ya se les ha rebajado el importe de la prestación a partir del séptimo mes y las subvenciones a los disminuidos psíquicos y físicos y a los dependientes se han ido al garete con la “congelación”, por no decir supresión, de la Ley de Dependencia. Solo queda, para acabar con las mamandurrias, el retirárselas a algunos políticos que serán, pienso yo, a los que se refiere Esperanza Aguirre. Lamentable, así va el país con esta clase de dirigentes.