Instrumentos relucientes, nada puede desafinar, las flores y ramos más bellos para los pasos, cada uno busca que el suyo sea el más bello, el pueblo se engalana, procesiones, gritos de: «¡viva la Virgen…!¡guapa!», y un largo etc. de exaltaciones. Una semana al año, dinero para las cofradías y pasos, dinero para la » Semana Santa».
Procesión de Semana SantaPero para mi hay un pero: Mira, Observa, Siente y Reflexiona.
Muchos niños no saben lo que es abrir una nevera y encontrar un alimento fresco en ella, los verás comer de la basura!! Muchos niños no tienen una habitación tibia, con todo un mundo de fantasías como la tuviste y tienes tú. A cambio sólo tienen un techo de estrellas y noches heladas con un mundo de sombras, fantasmas abusadores y perversos, miradas de desprecio y dedos acusadores, tienen unos muros de soledad que no llegan a cubrir sus dolores y el frío que están pasando.
¿Dónde están nuestras conciencias? ¿Donde está nuestra caridad? ¿Acaso el Señor no se rodeaba de mendigos? En estos momentos de apuros, grandes apuros, ¿qué sentido debería dársele a la Semana Santa?
El Señor no quiere demostraciones, quiere acciones.
Sería de gente piadosa y cristiana, esa semana en vez de tanto gasto superfluo, dar de comer y vestir al prójimo, que estoy cansado de verlos
Personas rebuscando comida entre los restos de los contenedores de los supermercadosrevolviendo en el cubo de la basura o ¿acaso sólo soy yo el que tiene ojos? No caigamos en lo facilón de la «tradición», a lo que se le llama «conmemoración», pues se cumple la profecía y el Señor con su Sangre lavará todos nuestros pecados, Á‰l se sacrifica por nosotros. ¿Somos nosotros capaces de sacrificarnos por nuestro prójimo?
Los que habéis leído la Biblia, recordad el pasaje donde dice el Señor: «Tú, ven, siéntate a mi derecha, porque me vestiste y me diste de comer cuando tenía hambre«. Y le preguntaba: «¿Cuándo hice eso yo, Señor?«. «Cuando lo hiciste con tu prójimo porque lo necesitaba y le vestisteis y le diste de comer, lo hicisteis conmigo«, etc.
Claro, me diréis que ni caso, que quién soy yo para decir esto. Pues un ser humano con corazón, que ayuda a los demás y ve que las necesidades son muchas y que, a lo mejor, en vez de sacar un paso sería una obra de caridad que, ese día, la Cofradía diera de comer a las familias que no tienen comida, que tienen a sus hijos desnutridos y, entre todos, comprarles ropa y demostrar que somos verdaderos «cristianos», que a sus paisanos y vecinos no les abandonan.
Porque sino es así, ese día los tambores no se escucharán y la música de la banda no sonara, por mucho que lo deseen y el Señor, probablemente, «mire hacia otro lado».
No me importa si gusta o disgusta lo escrito, pero lo que sí es cierto es que lo dicta mi corazón, allá cada uno con su conciencia.
Me dijeron: «Hay cosas con las que no te tienes que meter«. No creo que me haya metido con nada ni con nadie. Como buen católico me expreso, y quien me retire el saludo, es su problema, yo no se lo voy a quitar a nadie, continuaré ayudando a todos los que vienen con problemas con las drogas y, si una bolsa de comida puedo dar, desde luego que la daré.
El mundo gira en una dirección, pero ahora mismo me da la sensación de que gira al revés.