Agresiones sexuales en países del Mediterráneo
Una de cada diez turistas alemanas e inglesas de vacaciones en el sur de Europa sufren acoso sexual
El Instituto Europeo de Estudio de Prevención (Irefrea) encuestó a más de seis mil personas en diferentes aeropuertos de países mediterráneos durante el verano de 2009 para conocer los niveles de acoso y relaciones contra la propia voluntad que habían padecido. Según los expertos, una de cada diez turistas inglesas y alemanas habría sufrido este tipo de conductas durante sus vacaciones en el sur de Europa, así como uno de cada 15 hombres, según publica la revista Archives of Sexual Behavior.
Un equipo internacional de investigadores, liderado por Amador Calafat, del Instituto Europeo de Estudios en Prevención (Irefrea), realizó 6.502 encuestas en diferentes aeropuertos del sur de Europa (Creta, Chipre, Italia, Portugal y España) a jóvenes entre 16 y 35 años que visitaban centros turísticos en el verano de 2009 cuando volvían a su país, para conocer los niveles de acoso sexual y relaciones contra la propia voluntad que habían sufrido estos turistas. Su trabajo se publica en la revista Archives of Sexual Behavior.
“En este artículo hemos ahondado, con una amplia muestra, un aspecto poco abordado en ambientes turísticos, como es el acoso sexual y las relaciones contra la propia voluntad. La comparación se hizo entre turistas ingleses y alemanes porque son los más frecuentes en el sur de Europa y es más fácil compararlos”, declara a SINC Amador Calafat, investigador del Irefrea que lidera el estudio.
A pesar del incremento conocido en el uso de sustancias y en conductas sexuales de riesgo entre los jóvenes durante los períodos de vacaciones, las cuestiones de acoso sexual y de las relaciones sexuales no consentidas no han recibido una adecuada atención, según los investigadores.
Los resultados del estudio indican que un 8,6% de las personas sufrieron acoso sexual durante sus vacaciones y el 1,5% relaciones sexuales contra su voluntad. “Las mujeres indicaron haber sufrido acoso sexual 2,4 veces más que los hombres heterosexuales. Asimismo, los gays y bisexuales mostraron niveles similares a las mujeres y altos niveles de relaciones en contra de su voluntad”, apunta el experto.
Variables predictivas del riesgo
Los científicos aplicaron diferentes variables para predecir el riesgo de sufrir una de las dos conductas estudiadas. “En cuanto al acoso sexual, los que más indican haberlo sufrido son turistas que viajan a Mallorca o Creta, los más jóvenes, las mujeres, los de nacionalidad británica, gays o bisexuales, los que beben frecuentemente o escogen bares con gente normalmente bebida, y los que consumen cocaína”, señala Calafat.
“No estamos hablando de relaciones causales, sino de cuestiones que muestran una correlación y que por tanto hay que seguir investigando”, señala el investigador.
El grupo español del Irefrea ha liderado varios proyectos europeos y participado en otros sobre temas de violencia, conducción, conducta sexual, borracheras, uso de drogas, diferencias entre países, gestión de locales que influyen en las borracheras, la violencia, etc. y ha elaborado estándares de buenas prácticas para la gestión de discotecas a nivel europeo.
“La primera medida preventiva pasa por tomar conciencia de que estos problemas existen, ya que se tiende a pensar siempre en positivo sobre las vacaciones. Hay medidas que dependen de los destinos turísticos, que con cierta frecuencia se promocionan como lugares con gran permisividad sexual y donde hay promociones ligadas a alcohol barato. Los propios locales también pueden evitar estas situaciones con una buena gestión de acuerdo con estándares ya establecidos”, indica Calafat.
El artículo forma parte de una larga serie de publicaciones sobre los problemas de la noche que el Irefrea ha venido publicando en los últimos años.
Referencia bibliográfica:
Amador Calafat, Karen Hughes, Nicole Blay, Mark A. Bellis, Fernando Mendes, Montse Juan, Philip Lazarov, Barbara Cibin, et al. “Sexual Harassment among Young Tourists Visiting Mediterranean Resorts” Archives of Sexual Behavior 42: 603-613, mayo de 2013. DOI 10.1007/s10508-012-9979-6