EL CRISOL – Pascual Mogica Costa
Resulta penoso y patético el argumentario que las diferentes instancias ejecutivas del Partido Popular están difundiendo para salir como pueden de ese vomitivo que les supone el caso GÁ¼rtel, principalmente Mariano Rajoy, lo de Cospedal es cambiante, como el tiempo, un día anuncia que van a rodar cabezas y al día siguiente resulta que quiere las cabezas de los presuntos implicados para lavarlas y peinarlas con el fin de que estén presentables, y los dados por Esteban González Pons, cuyo nombre va dando vueltas alrededor de este caso. Resulta difícil discernir cuál de ellos más lamentable.
Rajoy dice que “lo importante es escuchar a los ciudadanos, gobernar bien, hacer buena oposición y olvidarse de todo lo demás”. También ha dicho: “Hay que estar con lo que preocupa a los ciudadanos, que no suele coincidir con lo que preocupa a otros”. Hombre, atreverse tan siquiera a insinuar que a los ciudadanos nos les preocupa el que en un futuro puedan ser gobernados por quienes son protagonistas de un escándalo que abarca a casi la mitad del territorio español, me parece poco serio y que además insulta a la inteligencia de los ciudadanos. A nadie le gusta ser gobernado por los que hoy por hoy son presuntos corruptos y que de ser cierto lo que dicen los 17.000 folios que han salido a la luz pública, yo no tengo motivos para dudarlo tal y como veo yo las cosas, y lo que puedan decir los más de 40.000 que quedan por hacerse públicos, la cosa no es para tomársela tan a la ligera como lo hace Rajoy.
En cuanto a González Pons, cuyo nombre y apellidos aparece como un satélite dando vueltas alrededor del caso GÁ¼rtel, este, para echar balones fuera y crear confusión con el fin de distraer a la opinión pública ha cometido la miserable ruindad de achacar a Rubalcaba el chivatazo que impidió una operación contra ETA. Ha señalado al ministro del Interior como la “inteligencia” del “chivatazo” a ETA sobre una operación policial contra su red de extorsión en 2006. Es más ha llegado hasta apuntar “la posibilidad de que la llamada se hiciera desde la misma sede socialista de Ferraz”. Hasta ahí llega el bueno de Esteban.
De seguir así más de uno va a acabar ahogándose en su propio vómito.