Extenuado, como desprendido de un informe fardo, el hombre descansa en el primer pináculo celeste.
Al ánima del hombre llega, humilde y rico, el aire que dona el raga
Extenuado, como desprendido de un informe fardo, el hombre descansa en el primer pináculo celeste.
Al ánima del hombre llega, humilde y rico, el aire que dona el raga