Feria de Albacete
Sucedió antes del año mil. Aún persistía el Califato de Córdoba. El intercambio fenicio de aceite desde La Fonteta de Guardamar del Segura y el queso cordobés era frecuente.
- Venían los Fenicios a Guardamar desde el año 700 y habían rastreado los caminos de Al Ándalus.
- En sus viajes, frecuentaban, fenicios y andalusíes, una célebre alquería en el cruce de caminos desde el norte al sureste y desde el este al oeste de la Península Ibérica.
Uno de los días, de los muchos que coincidieron fenicios y andalusíes, se produjo el encuentro
Los unos querían dar a probar sus quesos y los otros se empeñaban en dar a probar las catas de aceite.
Precisaban la cuchilla para partir el pan y el queso.
Llegó el posadero y les “vendió” una cuchilla, que vendría a llamarse la navaja de Albacete.
A aquel lugar de intercambio de queso y aceite en pan, en la mitad del llano, vinieron en llamarle los ‘comerciantes’ albasit: lugar del llano para el comercio.
Y de ahí que aquella cuchilla sea la navaja de Albacete, ciudad que estos días celebra su Feria, franca por privilegio de Felipe V, que, tras la derrota de Almansa, fue obsequiado por los lugareños con cinco caballos de remonta y así mostró su agradecimiento real. Del 7 al 17 de septiembre, consta.
Marta Torres, directora teatral, premio Max, educada en la escuela teatral local albaceteña, nieta de alcalde monárquico y hoy enamorada en la distancia, cargada de maletas, de su Albacete que la parió, pregonó ésta de 2016.
En una España de Gobierno en funciones, Marta Torres nos sometió al voto a mano y voz alzada:
“Puesto que sin gobierno estamos, qué preferís ¿Gobierno o Feria?” y el pueblo respondió al unísono: “¡FERIA!”.
Pues ¡viva la Feria de Albacete!, nacida del concierto comercial entre pueblos distintos, nacidos ellos también para la celebración del entendimiento.
Puso un ventero manchego a la mesa pan, aceite y queso y una navaja de Albacete.
Y hubo acuerdos.
Buena Feria.